Por Mujeres del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia (MPB)
Desde las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbao y bajo un sol abrazador, los y las pensionistas han realizado su concentración semanal de los lunes anunciando que realizarán el próximo lunes 12 de julio a las 12:00 horas una manifestación que partirá desde el consistorio bilbaíno y que finalizará en la Plaza Elíptica (Moyua).
En este sentido han continuado manifestando que durante toda la semana, los firmantes del acuerdo sobre pensiones: el Gobierno, las patronales CEOE y CEPYME y los sindicatos CCOO y UGT, han repetido una y otra vez que «subir el IPC a las pensiones les garantizaría su poder adquisitivo». Declaraciones con las que los pensionistas vascos no están de acuerdo. Aseguran que “la subida del IPC, sin tomar medidas para incrementar las pensiones más bajas, supone aumentar la brecha de género en las pensiones”.
¿Qué poder adquisitivo se garantiza a las casi 21.000 mujeres pensionistas con la pensión por debajo de los 500 euros y a las aproximadamente 72.000 con menos de 750 euros?
En junio de 2021, la pensión media mensual de los hombres en la Comunidad Autónoma Vasca, era 649 euros mayor que la de las mujeres; es decir, de media, los pensionistas, cobran al año 9.080 euros más que las mujeres pensionistas. En Nafarroa, la diferencia es algo menor, 7.924 euros anuales.
Con estos datos, explican que si el IPC subiera un 2%, la deferencia salarial anual, entre hombres y mujeres pensionistas, será casi 200 euros más.
Subir el IPC está bien, así lo ha reivindicado el Movimiento de Pensionistas estos 3 años, pero es imprescindible resolver el resto de los puntos recogidos en su plataforma.
Y una de las medidas pasa por establecer una pensión mínima de 1.080 euros para reducir la brecha de género en las pensiones.
Para los pensionistas, una vez más, Gobierno, patronales y sindicatos de la llamada mesa de diálogo social, han ignorado la realidad de miles de mujeres pensionistas con pensiones de miseria, firmando acuerdos que no avanzan hacia la igualdad. “¡Unos sindicatos que dicen defender los derechos de las mujeres y un gobierno que se enorgullece de tener un ministerio de igualdad!”.
En este contexto, es preciso señalar que la pasada semana se ha celebrado en Bilbao un Congreso de Economía Feminista, bajo el lema «Bizitzaren saregileak – redes feministas para agitar las bases de la economía».
Antonella Picchio, una economista italiana de 80 años, una jubilada más, inauguró el congreso, definiéndose como una «feminista vieja» pero con fuerza para continuar reivindicando a las mujeres mayores como sujeto político y denunciando que “el colectivo de mujeres mayores siempre somos las últimas en el gasto público porque somos un sujeto político vulnerable y no les interesamos. Sin embargo todas las personas tenemos la necesidad de ser cuidadas y, por tanto, somos vulnerables. Hay que analizar el carácter político de esa vulnerabilidad, de esa debilidad».
Los trabajos de cuidados que esta sociedad patriarcal asigna a las mujeres, deben abordarse desde las instituciones con un sistema público de servicios sociales, porque «no es solo una cuestión de las mujeres, sino que es necesario un esfuerzo colectivo para incorporar la visión feminista a la economía».
Desde Bilbao, a esa mesa del diálogo social, las y los pensionistas le dicen: que deberían aprender de esta economista y «feminista vieja», como ella se define, pero con ideas muy claras en torno a los cuidados, el dinero y la vulnerabilidad.