Tras el cierre de bares y restaurantes bilbaínos como consecuencia de la entrada en zona roja, las plataformas Sos Ostalaritza y Bizkaiko Tabernariak han movilizado a cientos de personas para manifestar su enfado contra los gestores de la pandemia, a quienes acusan de no haber arreglado nada desde que cerraron en marzo la hostelería, y posteriormente los dejaron abrir pero cargados de restricciones, y con un protocolo de limpieza que parece exclusivo para el sector.
A día de hoy, aseguran sentirse maltratados al igual que desde que inició de la pandemia. Acusan a los políticos de no saber hacer su trabajo, y exigen que se proceda como con cualquier obrero a quien se puede despedir por negligencia, pero se lamentan de que “estén blindados”, y tengan que “seguir sufriéndolos”.
Explican que los políticos salvaron el verano a toda costa, pero después implantaron restricciones, “culpando a la hostelería de los contagios”.
Tras esto, llegó el cierre de noviembre, ahí eran las navidades las que había que salvar, “pero a nosotros de nuestras deudas, ya nos salva nadie”, se lamentan.
“¿Qué estamos salvando ahora? ¿Dónde se han producido lo más de 1000 contagios diarios de estos últimos días? ¿En nuestros bares?”
A los políticos, critican que “sin superar su periodo de prueba viven pegados a sus sillones”, y acusan de seguir empeorando su situación y que a su costa sigan improvisando.
Por ello, desde Sos Ostalaritza y Bizkaiko Tabernariak piden la dimisión del Lehendakari, Iñigo Urkullu, como mando único ante esta pandemia y la de su equipo de colaboradores del LABI, a quienes acusan de estar dejando en el camino al sector hostelero y al pequeño comercio. “Dejad de sacrificarnos para salvar a otros”.