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Opinión | El dinero bajo el colchón

“Sabemos que los bancos están negando la apertura de estas cuentas, incluso la banca ética señoras y señores, no sé qué entiende esta gente por ética”.

2021-04-20T16:44:03+02:0020 abril 2021|Bancos, Bilbao, Inmigración, Opinión, Racismo, SOS Racismo|1 comentario

Por Alba García Martín. SOS Racismo-Bizkaiko SOS Arrazakeria. @sosracismobiz

Cualquiera podría pensar que lo único que se le pide a alguien para abrir una cuenta en un banco, es tener un documento que lo identifique, y algo de dinero para meter dentro. Pues no. Los bancos, están negando la apertura de cuentas bancarias a las personas migrantes que no poseen tarjeta de residencia.

Conseguir una tarjeta de residencia y trabajo que regularice tu situación y que te convierta en “legal”, es un terrible y arduo camino que deja automáticamente a las personas migrantes en situación administrativa irregular, o lo que es lo mismo, sin derechos. Para empezar porque la Ley de Extranjería, el instrumento más perverso del racismo institucional que dicta todas las reglas del juego, obliga a que toda persona migrante tenga que estar tres años de manera irregular antes de poder siquiera optar a la posibilidad de tener un NIE (número de identificación de persona extranjera). Una vez que una persona migrante permanece tres años en la clandestinidad en este territorio, en los márgenes -y puede demostrarlo con el empadronamiento- consigue no ser internada en un CIE -en una cárcel para personas que no cometen delito alguno- y logra no ser deportada ilegalmente, se encuentra ya en la casilla del tablero que le permite optar a alguna opción para poder conseguir un NIE.

Sin alargarnos con la impresentable Ley de Extranjería, es importante que entendamos que, durante mínimo tres años (y digo mínimo porque al cumplir tres años en el territorio nadie te regala un NIE), las personas migrantes viven en los márgenes del derecho, y en una de las cuestiones en las que son impunemente discriminadas, es en el acceso a una cuenta bancaria.

Todos los bancos tienen la obligación de abrir a toda persona migrante, aunque no tenga un NIE, una cuenta denominada “cuenta de pago básica”, que permite a la gente hacer las actividades de la vida diaria como meter su dinero en algún sitio o domiciliar el pago del comedor escolar de sus hijos. Esto no lo inventamos nosotras, lo dice la Ley 19/2017 del 24 de noviembre, norma estatal que se adecúa a la directiva europea de 2014, que establece que todas las entidades bancarias están obligadas a ofrecer cuentas de pago básicas. También el Defensor del Pueblo ha elaborado varias recomendaciones sobre el derecho de todos los consumidores a una cuenta de pago básica. Sin embargo, sabemos que los bancos están negando la apertura de estas cuentas, incluso la banca ética señoras y señores, no sé qué entiende esta gente por ética.

Se le está negando a la gente el derecho a tener una cuenta bancaria. Todo queda a merced de la buena praxis de la persona que te atiende en el mostrador, o de cuánto de insistente y tenaz sea la petición, y si ya va acompañada de militantes de movimientos sociales, blancas, quizás se abre algún claro y hay una mínima posibilidad.

Esto es inadmisible. Es mezquino porque es un derecho, por ley, que se está negando. Nos hemos encontrado con directores de sucursales bancarias, que dicen que “estas personas no son rentables y no interesan”, nos hemos encontrado con bancos que bloquean las cuentas de pago básicas porque tienen no sé qué política interna para evitar el blanqueo de capitales, de forma que cuando hay ingresos en efectivo la cuenta detecta algo extraño y se bloquea.

¿Pero os dais cuenta de este cinismo nuestro? O sea que, por ley, la gente migrante tiene que estar TRES AÑOS -como mínimo- de manera ilegal, irregular y sin papeles en este territorio, trabajando en B obligatoriamente, porque el estado no regulariza su situación, pero si ingresan dinero en efectivo les acusamos de blanqueo de capitales. Es el colmo del cinismo y del absurdo. Vamos, que se les obliga a currar en B, en lo mal pagado, en donde no hay derechos, que recojan la fruta y cuiden a nuestros aitites, y que si ganan algo lo guarden debajo del colchón, de locos.

Por no hablar de los documentos que piden los bancos para abrir esa cuenta de pago básica, uno de ellos es algo así como “documento que demuestre la imposibilidad de expulsión”. ¡Eso no existe! Es, como dice una buena amiga, pedirle a una doctora que nos haga un certificado de que estamos vivos.

Esto es una vergüenza mayúscula. Y luego está, claro, la picaresca, por no decir algo más bruto, de los bancos. Los bancos no abren las cuentas de pago básicas ni las corrientes a personas sin NIE, excepto si la persona echa una firmita medio engañada, y empieza a pagar un seguro de vida con el que le soplan 30 euritos al mes. Hay que tener poca vergüenza y mucho estómago para endosarle a alguien que cobra una birria, si cobra, un seguro que la ate a pagar 30 euros al mes, una engañifa a gente que por necesidad lo pagará.

Aunque sabemos que el Banco de España tiene la competencia de regular estas prácticas discriminatorias, queremos recordar a las Instituciones Vascas, desde nuestro Ayuntamiento de Bilbao al Gobierno Vasco, la posibilidad que tienen ellas de no ser cómplices de esta discriminación.

Por ejemplo, el Ayuntamiento de Bilbao, en el cobro de las Ayudas de Emergencia Social Sabiendo cómo está el panorama para conseguir una cuenta bancaria si no tienes papeles, el Ayuntamiento permite hacer un pago a terceros, para aquellas personas que no tienen cuenta bancaria. Y podemos decir, “pues mira qué bien, si no tienen cuenta pues que pongan la de alguna persona y que la cobren ahí”. Esta medida, por práctica que parezca, no deja de ser una tirita, además de una sutil manera de tutelar a las personas migrantes. El Ayuntamiento debería dejarse de tiritas y sumarse a la denuncia pública de la discriminación racista de los bancos.

Por poner otro ejemplo, el Gobierno Vasco, marca como requisito indispensable para el cobro de la ayuda por nacimiento de un hijo, ser titular de una cuenta bancaria la persona que pide la ayuda. Aunque consten padre y madre en la solicitud, si la madre pone su nombre en la línea primera de la hoja de solicitud donde pone quién solicita y el padre en la segunda línea, y la cuenta está a nombre del padre, no les dan la ayuda. Aunque sean unidad de convivencia, estén casados y los hijos sean de los dos, y la cuenta del padre sea la cuenta bancaria familiar, no se la dan. Esto de alguna manera actúa de manera cómplice en la discriminación, porque si bien es cierto el Gobierno Vasco quizás no tenga competencia o la posibilidad de cambiar el funcionamiento de los bancos, sí que la tiene poder para paliar las consecuencias de la discriminación racista de los mismos, por ejemplo, en la redacción de sus decretos siendo más flexibles – entendiendo pues las dificultades a las que se enfrentan gran parte de la ciudadanía de este territorio-.

Hoy queremos denunciar una de las patas sangrantes del racismo institucional, que deja a miles de personas, como en tantas otras cuestiones, en los márgenes y sin derechos.

Hoy queremos denunciar lo que los bancos están haciendo, con total impunidad y con la complicidad de las instituciones, que no sólo no interviene diciendo que “no tiene competencias”, si no que legitima que estas prácticas se sigan realizando con sus requisitos y medidas “tirita” que no sirven si no para perpetuar esta vulneración de derechos. El 29 de abril a las 11:00 en la Plaza Circular en Bilbao, salimos a la calle a decir NO a la discriminación bancaria a migrantes, sin cuenta no cuentas.

Un comentario

  1. Lourdes 24 abril, 2021 en 11:39 am

    Totalmente de.acuerdo

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