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La mayoría sindical vasca denuncia en Bilbao la muerte de una trabajadora interna del hogar

"Como sociedad, estamos mal resolviendo los cuidados, recargándolos sobre los cuerpos, tiempos y esfuerzos de miles de mujeres, precarias, empobrecidas, migradas...."

2019-12-05T13:22:42+01:005 diciembre 2019|Bilbao, Feminismo|Comentarios desactivados en La mayoría sindical vasca denuncia en Bilbao la muerte de una trabajadora interna del hogar

Ante la Delegación del Gobierno Vasco, ubicado en Gran Vía 85 de Bilbao, integrantes de los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEILAS, EHNE e HIRU, se han movilizado bajo el lema “EL TRABAJO INTERNO MATA” para denunciar la muerte de una trabajadora del hogar, migrada y que se encontraba en régimen interno.

Denuncian que esta muerte no es un caso aislado. Sino que se trata de la realidad de muchas trabajadoras de hogar en situaciones similares y peores. Ya que este sector se caracteriza por la alta presencia de mujeres (96%) y específicamente de mujeres migradas (95%).

Desde los sindicatos vascos exigen la abolición del régimen interno y abogan por trabajar por un derecho colectivo al cuidado, y por unas infraestructuras públicas y de calidad para todas las vidas.

 

COMUNICADO

En estos momentos y cada vez más, una parte muy importante de las necesidades de cuidados existentes en la CAV se está resolviendo con la contratación de empleo doméstico y, una buena parte de éste, en régimen interno.

En el régimen interno, las trabajadoras residen en el mismo domicilio donde están empleadas.
Es decir, están disponibles prácticamente las 24 horas del día; muchas de ellas, los siete días de la semana.

Este nicho laboral, se encuentra fuertemente condicionado por los ejes migración, raza, clase y género. Es el primer empleo, la puerta de entrada de las mujeres recién llegadas, puerta de entrada que suele durar años, incluso aunque se cuente con los 3 que requiere la ley de extranjería para obtener el permiso de trabajo y residencia por arraigo social.

En este marco, el empleo interno reúne una serie de elementos que exponen, de una manera exagerada a las trabajadoras, a circuitos de abuso, explotación y vulneración de derechos laborales y humanos.

De manera sistemática, en el régimen interno, que no está regulado:

– Se vulnera el derecho a los descansos.
– Los bajos salarios y las jornadas extensas no se corresponden.
– La economía sumergida y la desigualdad en derechos son frecuentes.
– La Inspección no controla las condiciones de alojamiento y manutención.
– Los contratos, cuando existen, no recogen las condiciones reales.
– No se garantiza el derecho a la salud y seguridad laboral.
– Ejercicio de poder y violencias, racismo y clasismo son habituales.

De aquí a pocos años, el 30% de la población vasca tendrá más de 65 años y es urgente abrir el debate sobre cómo vamos a organizarnos socialmente para atender necesidades de cuidados que no van a desaparecer, sino que van en aumento. La realidad actual nos demuestra que la contratación de empleo doméstico interno se está convirtiendo en uno de los primeros recursos utilizados.

Como sociedad, estamos mal resolviendo los cuidados, recargándolos sobre los cuerpos, tiempos y esfuerzos de miles de mujeres, precarias, empobrecidas, migradas….

Es importante dimensionar cuáles son las características que está asumiendo el empleo interno. Urge nombrar y abordar este empleo de hogar y de cuidados como una realidad muy compleja, que no sólo se resolverá con una mejora de condiciones laborales. Conlleva transformaciones más profundas, de lo individual a lo colectivo. Los cuidados no pueden ser una mercancía ni limitar su acceso a quien pueda pagarlos. Esto implica también abordar otro reto que como sociedad tenemos, que es el de la corresponsabilidad. No hablamos tanto de conciliación, sino de justicia y de reparto equitativo entre todas las personas para cuidar todas las vidas. Cuando alguien no cuida es porque alguien está cuidando de más. Y eso no puede ser porque, además, ese cuidar de más tiene consecuencias en el propio descuido y abandono personal de las trabajadoras internas.

Si no asumimos el reto de cuestionarnos, de abordar como sociedad las contradicciones que tenemos en este sentido, nos vamos a quedar con medidas que son importantes, pero que no dejan de ser paliatorias. Apenas tiritas para este sistema que requiere ser transformado de raíz.

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