En el escrito entregado, se manifiesta la voluntad de sumarse a la iniciativa llevada a cabo con anterioridad por el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria en el que se hizo llegar a la Dirección General del Instituto de la Seguridad Social (INSS) su reclamación por la no aplicación del IPC real a la revalorización de las pensiones, tanto en el año 2021 como 2022.
El contenido de la misiva continúa señalando que tras comprobar que la revalorización de sus pensiones tanto en 2021 como en 2022 no se corresponde con el incremento del coste de la vida expresado en el IPC real (el IPC Acumulado Anual), se procede a realizar las siguientes exigencias:
– Para el año 2021 que se realice un abono del 3% de la pensión para compensar la pérdida del poder adquisitivo de las pensiones al no aplicarse el IPC real del 5,5% (Noviembre a Diciembre) sino el 2,5% y que dicha cuantía también se consolide.
– Para 2022 que se considere como IPC previsto para este año el 2,5% aplicado como incremento de las pensiones en enero de 2022 y que se restablezca la paga compensatoria por la pérdida del poder adquisitivo de las pensiones a finales de año.
– Incrementar la pensión mínima hasta los 1080 euros.
Las pensiones no sólo han perdido un 3% en 2021, y un porcentaje que seguramente mayor, se perderá en el año 2022, pero es que además, el incremento constante de los precios y en especial de los productos básicos como la energía y alimentación les afecta especialmente a las personas con salarios y pensiones más bajas, cosa que empeoran sus condiciones de vida de manera dramática, lo que exige de la clase gobernante una reacción rápida y adecuada.