Por Laura Fontalba
A comienzos de marzo, SOS Racismo-Bizkaiko SOS Arrazakeria convocó una concentración en San Francisco bajo el lema: «La Policía es racista». Una movilización que, pacíficamente, pretendía denunciar los cacheos en vía pública y en los portales, las redadas policiales racistas, la militarización del barrio San Francisco, las paradas por perfil étnico, el hostigamiento, el abuso de poder constante y la criminalización que se realiza a las personas migradas, racializadas y gitanas por agentes de la Policía Municipal y de la Ertzaintza.
La concentración comenzó con normalidad, pero cuando los agentes que controlaban la movilización observaron cuál era el lema, manifestaron su descontento alegando que, con ello, estaban faltando el respeto a la Institución; y que, además, dicha frase no se había detallado en la solicitud de permiso de la protesta. Ante esta situación, los agentes decidieron abrir un expediente y amenazar con una multa a la organización en caso de que esta «siguiese por ese camino».
Desde SOS Racismo han asegurado que la numerosa presencia policial reafirma sus quejas. La organización ha denunciado que la Ertzaintza, con ayuda de agentes de paisano, ha estado vulnerando los derechos fundamentales de las personas. Según han explicado: «Han retenido y detenido a personas en situación administrativa irregular, les han enviado a Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Murcia y les han deportado a sus países de origen». Siguiendo el mismo hilo, la organización ha denunciado los desalojos ilegales que pretenden dejar San Francisco «sin personas migradas, racializadas, gitanas ni pobres». Todo ello a causa de la gentrificación del barrio, a través de la cual están intentando expulsar a los sectores más vulnerables para, poco a poco, cambiar la estética de San Francisco a favor de intereses económicos, como la especulación inmobiliaria y el turismo.
Todas estas situaciones llevan a SOS Racismo a considerar que “la policía continúa siendo el mayor agente discriminador racista”. De ahí que, tal y como han asegurado, no se quedarán calladas y continuarán en la denuncia de todos estos abusos, pues son «situaciones racistas que dañan emocional y físicamente a las personas». Es por todo ello y, sobre todo, tras lo ocurrido, que SOS Racismo ha pedido que se respete la dignidad y la integridad física de todas las personas independientemente de su origen étnico, edad o circunstancia. De hecho, han asegurado que es «responsabilidad institucional» evitar estas prácticas y situaciones.