Reportajes

Por Laura Fontalba

Txiki Golé es el primer coro de niñas gitanas bilbaínas de entre 6 y 11 años creado por Amuge, con la colaboración de la asociación ESAS (Emakume Sortzaile eta Artisten Sarea). Una iniciativa subvencionada por la Diputación Foral de Bizkaia, que nace de la buena experiencia con el coro de mujeres gitanas feministas Gure Golé, creado en 2017.

Una veintena de niñas gitanas están asistiendo a sesiones semanales de educación musical en Amuge, donde se les forma con nociones de solfeo, percusión y piano, técnicas de canto y expresión corporal. Todo ello gracias a las profesionales del sector de la música pertenecientes a la asociación ESAS, quienes, desde un enfoque intercultural, integran elementos de orquesta y de la tradición musical gitana con música vasca y con los intereses de las niñas, como la banda sonora de la película Frozen. En esta línea, proponen crear una hibridación entre coro y orquesta, con instrumentos musicales como el piano o el cajón. Además, gracias a la metodología de ESAS, las niñas desarrollarán su técnica vocal, aprenderán a utilizar su propio cuerpo como instrumento mediante la percusión corporal, desarrollarán sus habilidades psicomotrices para mejorar la expresividad corporal y comprenderán las estructuras musicales; en consecuencia, mejorarán su memoria, la concentración, la disciplina y la relajación.

«El proyecto desafía las fronteras de género asociadas a la imagen de la mujer que canta y baila al compás que marca el hombre», han explicado desde Amuge. De hecho, uno de los principales objetivos de esta iniciativa es transformar el imaginario antigitano de género que presenta a las mujeres romaníes como sumisas y desempoderadas. «Las niñas gitanas participantes en Txiki Golé se posicionan dentro de nuestra comunidad y frente a la sociedad mayoritaria como referentes que hacen vibrar sus cuerdas vocales y sus instrumentos musicales movidas por el orgullo y la rebeldía de ser gitanas feministas», han asegurado.

Asimismo, Txiki Golé pretende ser una alternativa para que las familias gitanas encuentren un espacio de formación musical cercano y accesible, feminista, intercultural y antirracista; pues, generalmente, las niñas y niños romaníes adquieren competencias musicales por transmisión familiar, pero las oportunidades para acceder a espacios más formales como conservatorios, escuelas o academias de música son muy escasas. «La segregación escolar y urbanística afectan también al acceso a actividades extraescolares que fortalezcan las competencias intelectuales y artísticas de las infancias gitanas, como es el caso de la formación musical», han explicado desde la asociación.

En definitiva, a palabras de Tamara Clavería, responsable de Amuge, Txiki Golé es una oportunidad única de intercambio de saberes, con la que se potencia una sociedad menos antigitana, se desmontan prejuicios y estereotipos, se tejen alianzas en torno a algo tan sagrado como la música; y se recuerda la importancia de la educación no formal, el ocio y el aprendizaje a través del juego como ejes fundamentales para el desarrollo pleno de los derechos y las vidas de las niñas gitanas.