Por CCOO Hábitat
Las 1.250 trabajadoras del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) de Bizkaia han llegado al límite de su paciencia ante unas patronales codiciosas y avaras con el dinero público.
El último convenio del SAD de Bizkaia finalizó hace 7 años, en el año 2.015.
Durante estos 7 años, los 112 ayuntamientos vizcaínos han ido incrementando las partidas presupuestarias para este fundamental servicio (pagado con los impuestos de toda la ciudadanía), con la pretensión de que la calidad del servicio se viese mejorada y con la expectativa de que las empresas del sector mejoraran las condiciones laborales y salariales de las trabajadoras.
Las principales empresas del sector (Urgatzi, Aztertzen, Aurrerantz y Lagunduz) iban aumentando sus beneficios a costa de las trabajadoras y de los propios usuarios y sus familias. Al mismo tiempo, en la mesa de negociación, no se ofrecían subidas argumentando que los números no dan.
Paradójicamente, ningún concurso público se ha quedado nunca desierto y estas empresas concurren a ellos una y otra vez. Por eso nos preguntamos: si en el año 2015 con menores presupuestos obtenían beneficios ¿cómo ahora no les llega? ¿Cómo es posible si los costes (salarios de las trabajadoras) no se han incrementado ni un céntimo?
CCOO del Hábitat de Euskadi y UGT, a lo largo de estos años, han convocado varias jornadas de huelga e innumerables movilizaciones. Durante la pandemia tuvieron que aparcar sus reivindicaciones, pero continuaron atendiendo a los usuarios. En el mes de noviembre retomaron las movilizaciones conjuntas frente a la Diputación y en ayuntamientos como el de Bilbao y Barakaldo.
Ahora, ante el inmovilismo de las patronales, las dos centrales sindicales, han iniciado tres jornadas de huelga los días 5, 7 y 9 de diciembre. De esta forma el servicio se verá interrumpido entre los días 2 y 12 de diciembre. Durante esos días se realizarán diversas movilizaciones por todo el territorio de Bizkaia con el objetivo de defender este fundamental servicio y de visibilizar la injusticia que se comete con un personal tan esencial durante la pandemia.
Las reivindicaciones de las trabajadoras son básicas: incrementos salariales, para no perder poder adquisitivo, y mejora de las condiciones de prevención y salud laborales.