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En el “oasis vasco” la pobreza tiene rostro de niña, mujer y pensionista

Desde el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria reivindican una pensión mínima de 1.080 euros como única manera de acabar con la pobreza que existe entre miles de mujeres pensionistas, y de luchar contra la brecha de género.

2021-07-19T11:40:28+02:0019 julio 2021|Bilbao, Euskal Herria, Gobierno Vasco, Pensiones, Pobreza|Comentarios desactivados en En el “oasis vasco” la pobreza tiene rostro de niña, mujer y pensionista

Por Mujeres del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia (MPB)

El jueves pasado, el INE, Instituto Nacional de Estadística publicó los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2020 a nivel del estado español. Los titulares eran:

«El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) aumentó al 26,4%, desde el 25,3% de 2019.»

«El 7,0% de la población se encontraba en situación de carencia material severa en 2020, frente al 4,7% del año anterior.»

Estos datos contrastan con los titulares dados por la Sra. Beatriz Artolazabal, Consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, hace un mes, en la presentación de los resultados de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales 2020 en la CAV: «los indicadores de bienestar y pobreza mejoran notablemente en Euskadi en los 2 últimos años».

Una vez más, nos quieren hacer creer que vivimos en un «oasis vasco», pero la realidad dice lo contrario. En Euskal Herria hay pobreza, hay miles de personas que no pueden llegar a final de mes.

Los datos de la propia encuesta dicen mucho más que esa idea de mejora que se nos quiere transmitir de forma interesada.

DEIA titulaba: «La pobreza disminuye en Euskadi, pero aumenta la desigualdad». Es decir, aunque digan que hay menos personas pobres, la realidad es que las personas ricas son cada vez más ricas, lo que hace que la pobreza relativa aumente, aunque de eso no quieran hablar.

Y la Sra. Artolazabal también tuvo que reconocer que ha crecido la pobreza infantil, que afecta ahora al 11,7 % de las y los menores de 14 años, la tasa más alta desde el 7,3 % de 2008, y se relaciona con una peor alimentación porque muchas niñas y niños se han quedado sin la comida del colegio.

Un hecho que estos días ha sido denunciado también por Save the Children de Euskadi:

– La pandemia deja 41.515 niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza infantil severa en Euskadi, 5.783 más que el año anterior.

– Los efectos de la crisis económica provocada por la pandemia no afectan en igual medida a niños que a niñas. Ellas presentan tasas más altas de pobreza que ellos. La diferencia más significativa se aprecia en la tasa de pobreza severa. En 2020 un 20,3% de las niñas se encontraba en una situación de pobreza severa, frente al 6,6% de los niños.

Y esta diferencia de género, no solo se refleja en la infancia. Se refleja igualmente entre las personas mayores de 65 años.

Decía la Sra. Artolazabal que se ha reducido la pobreza real entre la población femenina, pasando de 9,3 a 7,3. Lo que no dice es que, a pesar de esa reducción, la pobreza real entre las mujeres sigue siendo mucho mayor que entre los hombres que es un 4,7.

Y si nos centramos en mujeres y hombres mayores de 65 años, la pobreza de mantenimiento entre mujeres de esa edad ha crecido y es de 7,2 frente al 1,9 entre hombres mayores de 65 años.

En definitiva, la pobreza sigue teniendo cara de mujer también en este supuesto «oasis» vasco. Y es vergonzoso que la consejera de igualdad no haga mención a este hecho, ni se plantee tomar medidas reales para luchar contra esta Brecha de Género.

Un último dato que también aparece en la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales 2020 en la CAV, aunque no lo hagan público, es la medición del umbral de la pobreza en función de la edad. Para 1 persona mayor de 65 años se fija el umbral de pobreza en 817 euros.

En la CAV casi 81 mil mujeres tienen una pensión por debajo de esos 817 euros, el 39% de las mujeres pensionistas está por debajo de ese umbral de la pobreza. Mientras solo el 12,6% de los hombres pensionistas está en esa situación. Otro ejemplo más de la brecha de género en las pensiones.

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