Por Laura Fontalba
El pasado sábado, tres representantes del Congreso Nacional Indígena de México (CNI) y una compañera del centro de DDHH Fray Bartolomé de las Casas (FRAYBA) se concentraron ante la Torre Iberdrola, en Bilbao, para denunciar «la implementación de megaproyectos extractivistas que las grandes multinacionales están ejecutando en los territorios que pertenecen a los pueblos originarios y campesinos».
Junto a Lumaltik Herriak y Txiapas Ekin, denunciaron los «enormes impactos» que estos megaproyectos están generando a la madre tierra, el tejido social, la cultura y las tradiciones indígenas. Concretamente, destacaron: el Proyecto Integral Morelos, responsable del asesinato de Samir Flores Soberanes y del que se lucra la empresa Elecnor, con 6 sedes en Bizkaia, una en Gasteiz y otra en Iruña; el Tren Maya, megaproyecto turístico que el gobierno, promovido por el ex-presidente de México López Obrador, quiere instalar en los Estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo; y el corredor eólico del Istmo de Tehuantepec, en el que las empresas Gamesa, Ingeteam e Iberdrola se enriquecen con la instalación de 1.600 aerogeneradores en 32.000 hectáreas ocupadas ilegalmente a los pueblos Ikoots y Binnizá.
Sumado a ello, denunciaron al BBVA, corporación vasca que está obteniendo millonarios beneficios a costa de «gravísimos e irremediables impactos sobre la naturaleza y el tejido social de los pueblos que habitan los territorios implicados». Destacaron que, desde que iniciaron los proyectos eólicos en la región de Istmo de Tehuantepec, esta pasó a convertirse en la región de Oaxaca con más feminicidios (30 feminicidios al año en una población de poco más de 100.000 habitantes). «Estos megaproyectos alteran completamente las actividades económicas del lugar empujando a los pueblos a abandonar sus cultivos y terminan traduciéndose en aumentos de alcoholismo, delincuencia, asesinatos y femicidios», denunciaron.
Las cuatro compañeras y compañeros pertenecientes al CNI y FRAYBA estuvieron en Bilbao gracias a una gira europea comenzada el pasado 15 de septiembre para «reclamar apoyo y visibilidad ante la escalada de violencia que se ejerce contra las comunidades indígenas mexicanas». Aprovechando su presencia, exigieron a todas las multinacionales que no se lucren a costa de la «sangre» de los pueblos originarios de México y del mundo; y que acaben con los despojos, los desplazamientos forzados, las amenazas y hostigamientos contra aquellos que tratan de defender sus territorios y su autonomía. «Que se vayan de estas tierras donde la lucha es por la vida y por un mundo donde quepan muchos mundos», sentenciaron.
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