Por Laura Fontalba
El pasado sábado 26 de octubre, en Vitoria, Gasteiz, presentaron Tinkuy, un colectivo «muy diverso» que proclama ocho puntos para mejorar la calidad de vida de las personas migrantes.
Representantes de asociaciones, sindicatos, partidos políticos y organizaciones no gubernamentales asistieron a esta presentación, que contó con la presencia de Alina André Altenkirch Castro, presidenta del Colectivo; Rene Behoteguy, secretario; varios de sus integrantes, tales como Helvis Gutiérrez, Cindy Benavente o Elfego Mayorquín; así como la artista Mayaymara, con una fusión de danza y voces que «cuentan historias».
Tal y como explicaron, el término Tinkuy proviene del quechua y significa encuentro. En las culturas indígenas, esta idea tiene mucha importancia, porque valoran el acercamiento, la reunión y la asociación desde la igualdad, como un camino hacia la mejora de la vida de todas las personas.
El origen del colectivo reside en lo que consideran «uno de los mayores ataques a la dignidad humana»: el holocausto del pueblo Gazatí. El rechazo de los actuales miembros del colectivo Tinkuy hacia este conflicto fue la causa para unificarse, condenar los asesinatos y animarse a buscar «formas pacíficas» para presionar a los agentes en conflicto.
Así, formado por personas de ocho países, por ahora, todas ellas pertenecientes al Abya Yala, pero con intención de extenderse con compañeras de distintos continentes, reclaman ocho puntos centrados en: «Lograr la regularización de las personas migrantes, el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (CIE), cambiar la ley de extranjería, el reconocimiento y apoyo a la mujer migrante, la inclusión de contenidos descolonizadores e interculturales en la educación pública, igualdad en el acceso al empleo, trabajo conjunto y, obviamente, rechazo a los discursos de odio (racismo, xenofobia, LGTBIfobia, machismo o patriarcado)».
Con estas premisas, durante la presentación, reservaron varios espacios a la denuncia. Mayaymara, con su participación, combinó sonidos y movimientos para exigir el alto de las guerras del mundo, denunciar el imperialismo, y apoyar a las personas que huyen y buscan refugio a consecuencia de las guerras. E integrantes del colectivo, por su parte, hicieron referencias a sucesos pasados como los bombardeos nazis sobre Gernika, Durango y Otxandio; la actual Europa fortaleza, que está convirtiendo el mar mediterráneo en una «fosa común»; o el actual genocidio contra el pueblo palestino y la «pasiva complicidad» de las potencias europeas y Estados Unidos.
Con la intención de lograr que «muchas más organizaciones se sumen a la reivindicación de los derechos de los migrantes y de todos los seres humanos del mundo», finalizaron el acto agradeciendo la participación de las más de las más de 20 organizaciones y pidieron «tener la disposición de trabajar por los ideales y objetivos» que planteaban con su documento político.
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