Desde que se conoció la noticia del aviso de desalojo por parte del Ayuntamiento de Bilbao para este 23 de octubre, la presencia policial y la vigilancia al Gaztetxe se han visto incrementadas exponencialmente. Al punto incluso de haber sido divisado algún dron de vigilancia sobrevolando el edificio.
El espacio autogestionado recuperado en 2014 tras 2 décadas en desuso y abandono para ofrecer una forma de ocio alternativa para jóvenes, se ve una vez más afrontando una orden de cierre.
Un día antes del desalojo, centenares de jóvenes se han concentrado en la Plaza Rekalde, respetando la distancia de seguridad, para mostrar su enérgico rechazo a esta orden y avisan que no se van a achantar ante los ataques que vienen.