Las ayudas que recientemente han sido aprobadas son una auténtica vergüenza y vienen a repetir los patrones de las ya convocadas para ayudar a las y los pequeños autónomos hace unos meses:
– Hasta la apertura de la convocatoria a las 9 de la mañana de ayer 19 de noviembre no se sabían exactamente los datos que se iban a pedir para presentarlas.
– Se vuelven a valorar las solicitudes por orden de llegada, por lo que se premia al más rápido y no a quién más lo necesita.
– Se deja fuera a las personas que no controlan o dominan las nuevas tecnologías, abocadas a pagar porque les presenten las ayudas, tardar más para presentar la solicitud o simplemente no poder acceder a ellas por no saber cómo hacerlo. No todo el mundo tiene los conocimientos informáticos o tributarios necesarios para la farragosa presentación de documentos, ya que aunque puedan presentar el formulario de forma presencial se lo tienen que descargar previamente.
– Se necesitan las ayudas ya. No podemos permitirnos el lujo de esperar de diez días hasta en 3 meses para conocer la respuesta, todas estas semanas cerrados o funcionando casi sin gas, tras unos meses de caída de las ventas hace que la situación sea insostenible para muchos pequeños negocios.
– Las personas con deudas vuelven a quedar fuera. Nos consta que hay autónomos que tienen que elegir entre pagar los recibos y vivir. Es inaceptable que por falta de pago en un mes en cuota de autónomos o algún impago con Hacienda, en estos tediosos meses, ya no se pueda acceder a las ayudas.
– ¿Qué pasa con los negocios que no han tenido facturación en el año anterior porque son nuevos? Pues que también quedan fuera de las ayudas.
Tienen nuestros datos para cobrar y saben lo que hacemos cada uno ¿no sería más fácil dar las ayudas directamente y luego que tuviéramos que justificar? Sabemos que es pedir un imposible, pero nos gustaría que el Gobierno Vasco estuviera a pie de calle y supiera cuál es la realidad del pequeño tejido productivo autónomo vasco. Sabemos que si realmente fuera conocedor de la grave situación que atraviesa sus medidas serían otras, mientras tanto seguiremos pidiendo peras al olmo.