Reportajes

Texto de Idoia Aldana Arana: Mecidas por
el balanceo del ferry, hoy nos despedimos de esta Melilla anacrónica, colonial y
racista. Desde una privilegiada y arbitraria posición, cruzamos cómodamente un
Mediterráneo hecho cementerio por la voluntad consciente de nuestros
gobernantes. Y se hace inevitable trasladar la mente a los horrores y penurias
que apenas hemos vislumbrado, que ya conocíamos pero hemos constatado dando
fuerza a nuestra permanente denuncia.

En 1988 apareció en las costas españolas
el primer cadáver de un migrante y desde entonces las macabras cifras han
continuado aumentando. Solo en 2016 se contabilizaron más de 5.000 muertes en
el Mediterráneo. Y como hemos gritado incansablemente estos días, tratando de
voltear la naturalización de la barbarie, «no son muertes, son
asesinatos». Tienen responsables y pueden evitarse.

Más conciencias y fortalecidas aún si es
posible, seguiremos reivindicando la justa acogida y los derechos de libertad
de movimiento para todas las personas, así como el cumplimiento exhaustivo de
los acuerdos y tratados internacionales, y de los derechos humanos, sin que
estén condicionados a privilegios o dádivas económicas.

Ojalá hayamos logrado aportar calor
solidario a todas las personas que tratar de alcanzar sus sueños, y a las
activistas y colectivos que día a día en un ambiente hostil cuando no agresivo
llevan adelante sus convicciones. Ojalá hayamos alterado la placidez de los
gobernantes, numerosos racistas y carceleros sumisos que también, junto a las
miradas cómplices y el apoyo comprometido, nos hemos encontrado. Insha’ allah!