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Reivindican otro modelo de Ertzaintza cuya dirección política no esté alineada con los intereses empresariales

ELA-Ertzaintza manifiesta su preocupación por la manera en que el Departamento de Seguridad está enfocando la labor policial en conflictos laborales, manifestaciones, concentraciones y huelgas.

2021-06-16T11:23:36+02:0016 junio 2021|ELA, Ertzainzta, Gobierno Vasco, Violencia Policial|Comentarios desactivados en Reivindican otro modelo de Ertzaintza cuya dirección política no esté alineada con los intereses empresariales

Somos ertzainas, somos trabajadores y trabajadoras de la función pública vasca, y nos gustaría no estar aquí hoy, concentrados frente al Gobierno Vasco. Si, finalmente, nos hemos concentrado, es porque necesitamos recordar y reivindicar cuestiones muy básicas de la labor policial. Nos referimos a principios y valores que tienen que ver, no solo con el modelo policial –sobre el cual puede haber opiniones encontradas– sino con exigencias éticas y deontológicas que entendemos básicas y que instituciones como el Gobierno Vasco, deberían cuidar, respetar y promover.

La labor policial se extiende a múltiples servicios a la ciudadanía, en la que la mayoría de las y los agentes trabaja con la mayor profesionalidad. Pero la actuación de la Ertzaintza se mide y legitima socialmente por la forma en la que responde ante situaciones críticas, sobre todo en el ejercicio de libertades fundamentales de la ciudadanía y en el uso de la fuerza, de la que tiene el monopolio legal. Por ello, nuestra reivindicación parte de una preocupación por la manera en que el Departamento de Seguridad está enfocando la labor policial en conflictos laborales, manifestaciones, concentraciones y huelgas. En un contexto de crisis sanitaria y económica, muchos trabajadores y trabajadoras de nuestro país se están viendo abocados a intensificar sus protestas ejerciendo para ello libertades y derechos fundamentales como la manifestación o la huelga. Lamentablemente, el Departamento de Seguridad parece no ver en todo ello más que un problema de orden público, y no lo que realmente son: ejercicio de derechos fundamentales que deben ser protegidos, precisamente, por la policía.

Para ilustrar una acusación tan grave, basta recordar algunos hechos y actuaciones a los que hemos asistido en los dos últimos meses siguiendo las pautas marcadas por del Departamento de Seguridad:

– Representantes sindicales, electos legitimados y con derechos reconocidos por la ley, han sido cacheados por la Ertzaintza antes de mantener reuniones con empresarios y con representantes del Gobierno Vasco. Evidentemente, no se cachea ni a empresarios ni a representantes de la administración.

– Se ha impedido a los piquetes realizar la tarea que la jurisprudencia les reconoce como propia y ajustada a la ley, como es la de informar a los trabajadores que no secundan la huelga y acuden a sus centros de trabajo.

– El Departamento de Seguridad no da cobertura y dificulta el trabajo de los Comités de Huelga en el ejercicio de los derechos que la ley prevé, como por ejemplo, el control de decisiones ilegales que las empresas pueden estar tomando contra el ejercicio del derecho de huelga, como puede ser la sustitución de trabajadores.

– Asimismo, en situaciones no especialmente críticas, ha habido cargas y golpes desproporcionados por parte de la policía.

– Agentes recibieron órdenes de impedir la entrada al Parlamento Vasco de representantes legales de los trabajadores que habían sido invitados por parlamentarios.

Se están vulnerando normas y principios deontológicos básicos como la no discriminación, la proporcionalidad en el uso de la fuerza y el respeto y la salvaguarda del ejercicio de derechos fundamentales. Y, como consecuencia, las decisiones aparecen claramente alineadas con los intereses empresariales.

No negamos que algunas trabajadoras y trabajadores han utilizado la fuerza de forma excesiva y también desproporcionada, pero resulta evidente que la dirección política de la Ertzaintza se alinea sistemáticamente con los intereses empresariales.

Hablamos de hechos y de acusaciones muy graves. Más aún porque hablamos de actuaciones policiales hacia personas que, en el conflicto laboral, se encuentran en una situación precaria y de enorme vulnerabilidad. Como trabajadores y trabajadoras solo podemos mostrar nuestra solidaridad. Y como ertzainas manifestamos una preocupación adicional: si no se corrigen las decisiones del Departamento, la legitimación social de la Ertzaintza está en riesgo para perjuicio de la toda la ciudadanía y de la propia Ertzaintza.

ELA-Ertzaintza ha defendido siempre un modelo de policía civil. Y en esa palabra, civil, hemos incorporado siempre dos significados muy precisos: que somos, antes que nada, trabajadores y trabajadoras al servicio de la ciudadanía; y que no queremos ser un colectivo segregado, sino personas integradas, y también representativas de la pluralidad de nuestra sociedad.

Las decisiones del Departamento no coadyuvan, sin embargo, a una reivindicación tan básica. Antes al contrario, contribuyen a consolidar un modelo de policía más segregada, más separada y menos sensible al ejercicio de las libertades fundamentales. Y este no es nuestro modelo.

Rechazamos de manera contundente las campañas de descalificación hacia todas y todos los ertzainas, de la misma manera que defendemos el ejercicio de la libertad de expresión al criticar determinadas actuaciones, aunque no nos guste la forma en la que se manifiesta dicha crítica. En ocasiones percibimos que la crítica o la supuesta defensa de la Ertzaintza se realiza con el interés de descalificar al contrincante político o sindical, una forma de actuar que no ayuda en modo alguno a la Ertzaintza, y menos a quienes aspiramos a reorientarla. Y todo ello dificulta enormemente nuestra labor en la calle, como hemos comprobado en recientes ataques contra la Ertzaintza en situaciones previas a cualquier actuación policial y, por otro lado, refuerza a quienes promueven una respuesta meramente represiva al legítimo conflicto social.

Nos concentramos porque nos preocupa el presente de la clase trabajadora que protesta. Pero nos preocupa también el futuro de la policía vasca. Vamos a seguir denunciando esas decisiones y defenderemos la puesta en práctica de un código deontológico policial, en los parámetros que propone European Confederation of Police (Eurocop). Y vamos a multiplicar nuestras iniciativas. En concreto, vamos a pedir reunión con la presidenta del Parlamento y con el Consejero de Seguridad. Vamos a trabajar para que nuestra lectura de la situación, llegue igualmente a todos nuestros compañeros y compañeras.

Por ELA-Ertzaintza

Langile eta herritarron zerbitzura. Por otro modelo de Ertzaintza

Ertzainak gara, euskal funtzio publikoko langileak gara, eta gaur hemen ez egotea nahiko genuke, Eusko Jaurlaritzaren aurrean kontzentratuta. Kontzentratu egin gara, baina, polizia-lanaren oinarrizko printzipioak gogoratu eta aldarrikatu behar ditugulako. Printzipio eta balio horiek zerikusia dute, ez polizia-ereduarekin —horri buruzko iritziak egon daitezke—, baizik eta oinarrizkotzat jotzen ditugun eskakizun etiko eta deontologikoekin, eta Eusko Jaurlaritzak, esaterako, zaindu, errespetatu eta sustatu beharko lituzkeenekin.

Poliziak zerbitzu ugari eskaintzen dizkie herritarrei, eta polizia gehienek profesionaltasun handienarekin lan egiten dute. Baina Ertzaintzaren jarduera sozialki neurtzen eta legitimatzen da egoera kritikoen aurrean erantzuteko moduagatik, batez ere herritarren oinarrizko askatasunen erabileran eta indarraren erabileran, indarraren erabileraren legezko monopolioa baitu. Hori dela eta, gure aldarrikapena Segurtasun Saila lan gatazka, manifestazio, kontzentrazio eta grebetan polizia lana nola bideratzen ari den kezkatik abiatzen da. Osasun- eta ekonomia-krisian, gure herrialdeko langile asko protestak areagotzera behartuta daude, eta horretarako oinarrizko askatasunak eta eskubideak erabiltzen dituzte, hala nola manifestazioa edo greba. Tamalez, Segurtasun Sailak arazo publiko bat baino ez du ikusten horretan guztian, eta ez, ezer baino lehen, benetan zer diren: poliziak babestu behar dituen oinarrizko eskubideak erabiltzea.

Akusazio hain larria argitzeko, nahikoa da azken bi hilabeteetako gertaera eta jarduera batzuk gogoratzea, Segurtasun Sailak ezarritako jarraibideei jarraituz:

– Ertzaintzak ordezkari sindikalak, legitimatutako hautetsiak eta legeak aitortutako eskubideak dituztenak, katxeatu ditu enpresaburuekin eta Eusko Jaurlaritzako ordezkariekin bilerak egin aurretik. Bistan denez, ez zaie ez enpresaburuei ez administrazioko ordezkariei antzekorik egin.

– Piketeek ezin izan dute egin jurisprudentziak berezkotzat jotzen duen eta legearekin bat datorren lana, hala nola, huelgarekin bat egin ez eta lanera Joan diren langileei informazioa ematea.

– Segurtasun Sailak ez du babesten, are gehiago, zaildu egiten du grebabatzordeen lana legeak aurreikusten dituen eskubideak gauzatzean; esate baterako, greba-eskubidearen aurka enpresek har ditzaketen legez kanpoko erabakiak kontrolatzea, adibidez, langileak ordeztea.

– Halaber, egoera ez oso kritikoetan, poliziak neurriz kanpoko kargak eta kolpeak eragin ditu.

– Parlamentariek gonbidatutako langileen legezko ordezkariak Eusko Legebiltzarrera sartzea eragozteko aginduak jaso zituzten agenteek.

Oinarrizko arau eta printzipio deontologikoak urratzen ari dira, hala nola bereizkeriarik eza, indarraren erabileran proportzionaltasuna eta oinarrizko eskubideen erabilera errespetatzea eta babestea. Eta, horren ondorioz, erabakiak argi eta garbi bat datos enpresen interesekin.

Ez dugu ukatzen langile batzuek indarra neurriz kanpo erabili dutela, baina bistakoa da Ertzaintzaren zuzendaritza politikoa sistematikoki bat datorrela enpresen interesekin.

Gertaera eta akusazio oso larriei buruz ari gara. Are gehiago, lan-gatazkan oso egoera kaskarrean eta zaurgarrian dauden pertsonen aurkako polizia-jarduerez ari garelako. Langile garen aldetik, gure elkartasuna besterik ezin dugu erakutsi. Eta ertzain garen aldetik, beste kezka bat dugu: Sailaren erabakiak zuzentzen ez badira, Ertzaintzaren legitimazio soziala arriskuan dago herritar guztien eta Ertzaintzaren beraren kalterako.

ELA-Ertzaintzak beti defendatu izan du polizia zibilaren eredu bat. Eta hitz horretan, zibilean, bi esanahi oso zehatz txertatu ditugu beti: herritarren zerbitzura dauden langileak garela, ezer baino lehen; eta ez dugula izan nahi kolektibo bereizia, integratuak baizik, eta gure gizartearen aniztasunaren adierazgarri ere.

Departamentuaren erabakiek, ordea, ez diote laguntzen hain oinarrizkoa den aldarrikapenari. Aitzitik, polizia-eredu bereiziagoa, herritarrengandik banatuagoa eta oinarrizko askatasunekiko sentikortasun gutxiagokoa finkatzen laguntzen dute. Eta hau ez da gure eredua.

Gogor gaitzesten ditugu ertzain guztientzako deskalifikazio-kanpainak, eta, era berean, adierazpen-askatasunaren alde egiten dugu zenbait jarduketa kritikatzean, nahiz eta ez gustatu kritika hori azaltzeko modua. Batzuetan sumatzen dugu Ertzaintzaren kritika edo ustezko defentsa arerio politiko edo sindikala deskalifikatzeko interesarekin egiten dela, jarduteko modu horrek ez dio inola ere laguntzen Ertzaintzari, eta are gutxiago hura birbideratu nahi dugunoi. Eta horrek guztiak izugarri zailtzen du kalean egiten dugun lana, poliziaren jardueraren aurreko egoeretan Ertzaintzaren aurka berriki egindako erasoetan ikusi dugun bezala, eta, bestalde, indartu egiten ditu bidezko gizarte-gatazkari erantzun errepresibo hutsak eman nahi diotenak.

Salatzen duguna bidegabea delako kontzentratzen gara: protesta egiten duen langileklasearen orainak kezkatzen gaitu. Baina euskal poliziaren etorkizunak ere kezkatzen gaitu. Erabaki horiek salatzen jarraituko dugu, eta poliziaren kode deontologikoa abian jartzearen alde egingo dugu, European Confederation of Police (Eurocop) erakundeak proposatzen dituen parametroen arabera. Eta gure ekimenak ugarituko ditugu.

Zehazki, bilera bat eskatuko dugu Legebiltzarreko lehendakariarekin eta Segurtasun Sailburuarekin. Egoeraren irakurketa gure lankide guztiengana iristeko lan egingo dugu.

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