Este jueves 3 de diciembre de 2019, la Delegación Saharaui en Euskadi, movilizó a un número importante de miembros de su comunidad para recibir en la estación de autobuses de Bilbao, a Patricia Ibáñez e Irati Tobar, dos activistas vascas que fueron expulsadas del Sáhara Occidental por autoridades marroquíes el pasado 31 de diciembre, mientras se encontraban de vacaciones en El Aaiún, en la vivienda de Hassanna Aalia, refugiado político en el País Vasco tras ser condenado a cadena perpetua por el Tribunal Militar de Rabat tras formar parte del campamento Gdeim Izik, en 2010.
“Nos dijeron que aquí se viene a hacer turismo y no actividad política. Además de que deberíamos estar en un hotel y no en una casa particular por nuestra propia seguridad”, explicó Irati Tobar, concejala de EH Bildu en el ayuntamiento de Portugalete.
Sin embargo, Irati Tobar aclaró que la motivación del viaje no tenía como fin la partición en actividad política alguna y que su intención era hacer turismo con el único objetivo de conocer más de cerca la situación en el Sáhara Occidental, y si habían optado por alojarse en casa de una familia saharaui fue gracias a un contacto realizado previamente en el País Vasco.
Motivo por el que denuncian que desde que las autoridades marroquíes las localizaron en El Aaiún, fueron vigiladas constantemente incluso hasta el momento en el que fueron obligadas a abandonar el territorio saharaui.
La decisión de las autoridades marroquíes venía motivada por “motivos de seguridad”, teniendo en cuenta el reciente asesinato de dos mujeres turistas escandinavas en el Atlas el pasado 17 de diciembre.