MEMORIA ERAIKIZ es una propuesta artística que ha puesto en marcha Mugarik Gabe junto con Hortzmuga Teatroa. Con ayuda de una instalación artística multidisciplinar, nos propone viajar por distintas realidades mediante las voces y los relatos de nuestras protagonistas, mujeres víctimas y sobrevivientes de diversas violencias machistas de distintos lugares del mundo.
A través de los relatos de estas mujeres, conoceremos los impactos que han tenido estas violencias en sus vidas y cómo las han enfrentado. Y sabremos qué esperan de su entorno y de la sociedad.
Memoria Eraikiz, que estará en el Arenal los días 22, 23 y 24 de febrero está dirigida a público desde los 16 años e invita a reflexionar y tomar conciencia de nuestro papel frente a las violencias machistas.
Memoria Eraikiz es una apuesta por recuperar las voces de las mujeres porque no queremos que sigan siendo relegadas a los márgenes de la historia, queremos que permanezcan en nuestra memoria, reconstruir una memoria colectiva y gritar que esto no se vuelva a repetir.
Las historias de vida que difundimos fueron recogidas en la investigación “Flores en el Asfalto. Causas e impactos de las violencias machistas en la vida de mujeres víctimas y sobrevivientes de violencias machistas” donde 28 mujeres valientes de El salvador, Colombia, Guatemala, Euskal Herria y Estado español dieron su tiempo, su testimonio y compartieron una parte de su historia buscando justicia y que, lo que ellas vivieron o todavía viven, no se vuelva a repetir.
Escuchar sus testimonios es asomarse al horror de lo que significan las violencias machistas y los impactos en sus vidas, una violencia en formas diversas, que impacta contra los cuerpos de las mujeres. Pero es también leer las estrategias que ponen en marcha estas mujeres luchadoras y valientes. Es conocer como ellas se convierten en sujetas activas para superar la propia historia vivida pero también, para abrir grietas alzando su voz, en un sistema violento desde sus orígenes como es el heteropatriarcado y con expresiones concretas cuando se alía con el capitalismo, el fundamentalismo religioso, el racismo, etc.
Nuestro objetivo es que como sociedad escuchemos estas voces nos solidaricemos con ellas, y también comprender la responsabilidad colectiva frente a las violencias machistas. La sociedad debe hacer un ejercicio para acercarse, conocer y reconocer como a “una de las nuestras” a estas mujeres, y acompañarlas en el proceso de exigir justicia. Dar credibilidad a sus historias, empatizar con ellas y reconocer su voz dentro de nuestra historia social reciente, de nuestra memoria colectiva, no es algo que les pase a “algunas”, o a las “otras”, sino que nos pasa a todas las mujeres y por ello a toda la sociedad. Y pararnos a pensar, ¿y yo qué hago de forma individual y colectiva frente a las violencias machistas?