Una concentración de apoyo se ha acercado hasta las inmediaciones de las Juntas Generales de Bizkaia en Bilbao para acompañar a Karen Gutiérrez, madre de Joel, un niño de tan solo 5 años que tras una polémica sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia lo obliga a convivir con su padre a pesar de la oposición de la Fiscalía e informes positivos sobre Karen.
La comparecencia de Karen Gutiérrez, acompañada de Blanca Estrella Ruiz, presidenta de la Asociación Clara Campoamor de Barakaldo, ha tenido el objetivo de informar a los grupos políticos de las “graves irregularidades” que se dan en los llamados “Puntos de Encuentro”, un servicio que depende de la Diputación Foral de Bizkaia, y para los que exigen, se tomen medidas urgentes para acabar con el sufrimiento de tantos menores y familias.
El servicio de Infancia de la Diputación, apuntan, debe velar por el interés superior del menor. Aseguran que este servicio está externalizado a una empresa privada, la cual se encarga también de gestionar distintos puntos de encuentro familiares, entre ellos el de Santutxu. Denuncian que esta empresa “está haciendo dejadez de sus funciones, perjudicando a los menores a sus familias a través de diversas irregularidades en la redacción de informes, en el tratamiento desigual y degradante con algunos familiares y en cualquier caso no ejerciendo su papel como interlocución objetiva y tendente a la protección del menor, causando un daño irreparable tanto a madres, como a hijos”.
Continúa explicando Karen que las familias no disponen de recursos de amparo ante situaciones en el Punto de Encuentro, en el Servicio de Infancia que gestiona la Diputación, aunque estos sean públicos, estén o no gestionados por empresas privadas.
Reitera que “esta empresa, aparte de gestionar varios puntos de encuentro, también se encarga de llevar el servicio de infancia de Diputación, gestiona los desamparos, los centros de acogida, realiza terapias familiares…” Y denuncia que “es una empresa privada que se está lucrando a costa de los menores.” De hecho, la madre de Joel precisa que “esta empresa solamente por gestionar el punto de encuentro de Bilbao, recibe 50.000 euros al mes (dato de 2015)”, y se pregunta “¿Cómo un servicio público puede tener externalizados estos servicios?”.
Así mismo, denuncia que “esta empresa en su página web anuncia que forma a sus terapeutas en interferencias parentales e instrumentalización (el falso SAP o Síndrome de Alienación Parental)”. Y que por su parte “la Diputación en el “Balora”, la cual es una herramienta usada para detectar desamparos, también tiene recogido el SAP como un grave caso de desamparo”.
Karen asegura que “los puntos de encuentro, servicios sociales, Diputación, Gobierno Vasco, juzgados, etc…están aplicando el falso SAP y están destrozando infancias. Utilizan sinónimos como alienación parental, instrumentalización, manipulación, obstaculización…”
Señala que “esto pasa día sí y día también. Que hay muchos casos pero las madres tienen miedo de hablar por las amenazas y los informes falsos y sesgados que no se ajustan a la realidad, no protegen a los menores, no reflejan su estado emocional ni lo que dicen, no recogen su estado físico, ni les escuchan. Asegura que los niños están coaccionados y con miedo.“
El polémico y discutido síndrome de alienación parental o SAP, fue importado desde EEUU y asegura Karen “se creó para exculpar a padres que abusaban sexualmente de sus hijos y otorgarles la custodia, a pesar de no contar con ninguna base legal o científica”.
Del SAP asegura, la sociedad ignora que no esté admitido en los organismo científicos, que en EEUU (de donde se importó) ha sido prácticamente desechado, que su uso está desaconsejado por el Consejo General del Poder Judicial, que no está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que la asociación española de neuropsiquiatría se posicionó en contra del uso clínico y legal de su uso, ya que aseguran, su creador, fue un pedófilo confeso y que si un menor no quiere ir con su padre suele deberse en muchos casos a la conducta propia del padre.
Karen lamenta que “en estos últimos años los casos de custodias otorgadas a padres maltratadores y abusadores se multiplican dramáticamente. Se denigra a la madre. Servicios de menores, puntos de encuentro y juzgados, se han apuntado a la moda de desconfiar de las madres en los procedimientos de lucha por la custodia, minimizar los malos tratos, negar los abusos y ensalzar la figura paterna”.
Señala que “actualmente el SAP encubre a padres maltratadores y abusadores”. Y añade que es necesario escuchar más la opinión de los niños y protegerlos.
Es por ello que explica que en el momento en que un niño o niña dice que su padre le pega o abusa sexualmente, “automáticamente se considera que la madre es la que le ha hecho un lavado de cerebro en contra del padre”. Es decir, advierte que “el SAP es la única “enfermedad” que se cura en un juzgado, la terapia SAP consiste en la amenaza a la madre y al niño o niña con un cambio de custodia y si el problema continua ese cambio de custodia se hace asilando al menor de su madre y todo entorno materno, no se permiten visitas ni comunicación y después de 2 o 3 meses las permiten pero supervisadas en un punto de encuentro, en el que la madre ya parte con la etiqueta de falso SAP y automáticamente es desacreditada”.
En definitiva, Karen quiere hacer hincapié en que “se trata de un castigo dirigido a las madres, pero que en realidad a quien están castigando, perjudicando y maltratando es a los niños y niñas porque les separan de su principal figura de apego, de su familia, de su entorno, de su colegio, de sus amigos, de donde se sienten seguros y protegidos. Eso no es proteger a la infancia”.