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Estibadores eventuales del puerto de Bilbao: De aquellos barros, estos lodos

Trabajadores con 15 años a sus espaldas y familias que dependen de ellos, se ven hoy en la calle. Señalan a las empresas del puerto como responsables por apostar por la precariedad y eventualidad.

2022-01-18T18:16:07+01:0018 enero 2022|Bilbao, Despidos, Estibadores|Comentarios desactivados en Estibadores eventuales del puerto de Bilbao: De aquellos barros, estos lodos

Por Estibadores Eventuales del Puerto de Bilbao

Los eventuales en labores de estiba y des-estiba en el puerto de Bilbao realizan las labores de peonaje tanto en buques como en entrega y recepción (esto último, entrega y recepción o labores complementarias).

Las empresas estibadoras afincadas en el puerto de Bilbao, la parte social y la autoridad portuaria promueven la eventualidad y la precariedad en las tareas complementarias. Unas tareas realizadas históricamente por estibadores y que ahora se realizan con eventuales y con contratos por horas aún con un convenio en vigor, en las que están recogidas dichas tareas. Decidieron externalizar y precarizar este trabajo saltándose el actual convenio, supeditándolas a un convenio distinto, contratando a otros trabajadores en otras condiciones económicas, laborales y de formación “mas escuetas” en octubre de 2020).

La pérdida de estas labores suponía cerca del 30% de la carga de trabajo para plantilla fija y eventual.

La labor del peón estibador consta en la colocación correcta de la carga dentro de las bodegas de los buques y fuera de ellos. Para ello, utilizan medios manuales: Madera, cadenas, gomas, soportes metálicos, mallas… Entre otros.

L@s trabajadores/as son convocad@s el día anterior a la jornada de trabajo, menos los lunes y después de los festivos que se hace el mismo día.

Este sistema perpetuo de llamamientos hace muy difícil la conciliación familiar y cualquier tipo de planificación, mas cuando se dilata durante 14 años como mínimo.

Hasta antes de la pandemia, solo trabajaban de lunes a viernes, después se cuenta con sus servicios en puntas de trabajo los fines de semana y en los nocturnos entre semana, “derecho” que se les arrebata después de secundar la huelga del 2020.

24 horas pendientes de una llamada para bajar a trabajar los 361 días de año.

*** Hasta 2017 los llamamientos eran presenciales los lunes y los días post-festivo, en muchas ocasiones después de desplazarse hasta el centro de trabajo, volvían para casa, sin ningún tipo de seguro. También se desplazaban sin estar dados de alta a reconocimientos médicos y otras formaciones.

Sin vacaciones, ni días para asuntos propios.

– Cotización: 3 años para cotizar un año, en función de las jornadas realizadas. Para generar 4 meses de paro tienen que estar 365 días de alta. Cada contrato diario es de alta y baja en el mismo día, lo que se traduce en que necesitan tener 365 contratos para acceder a una prestación.

Sin derecho a baja por cualquier motivo los días que no estamos dados de alta. Durante el estado de alarma por el Covid-19 solo estuvieron dados de alta 14 días, el resto del tiempo se les abandonó a su suerte.

– Hasta hace no mucho, con problemas para poder coger la baja por paternidad o maternidad.

Para ponernos en contexto, en 2008 cuando en la bolsa de trabajo eventual había un@s 60 trabajador@s, coincidió con la última entrada a plantilla fija de Bilboestiba. En este momento también entran a la bolsa de trabajo eventual otr@s 50 compañer@s.

Anteriormente a esto, había entradas periódicas a la plantilla fija de Bilboestiba, ya que en el puerto de Bilbao siempre había carga de trabajo. El problema siempre ha erradicado en el reparto del mismo y en el de realizarlo desde las condiciones dignas que tenían y tienen los trabajadores fijos de Bilboestiba.

Las empresas estibadoras (Toro y Betolaza, Csp, Berge y SLP) contratan exclusivamente a personal fijo de Bilboestiba- CPE (centro portuario de empleo), donde las mismas empresas son accionistas.

Cuando no dan a basto ( esto ha sido una constante estas últimas décadas) contratan a trabajadores de la bolsa de l@s eventuales, los cuales han realizado medias de 150-180 días trabajados anualmente desde el 2010 hasta el 2020…Algo más que puntas de trabajo.

Es evidente que la que la plantilla de trabajadores fijos requiere de un re-dimensionamiento, lo dicen los números, lo dice la carga de trabajo de esta última década y lo regula el actual convenio en vigor en su artículo 15 (más específicamente en su último párrafo):

“La Comisión Mixta estudiará, en base al cómputo de jornadas especiales realizadas durante el año, el dimensionamiento de la plantilla. Se establece un incremento anual de la plantilla, que será el resultante de aplicar 0,25% al número de jornadas especiales realizadas en el ejercicio por los trabajadores de RLE, RLC y Trabajadores de la Disposición Transitoria II dos, tercer párrafo, durante el año precedente, sin perjuicio del estudio de dimensionamiento de la plantilla a elaborar con carácter anual.”

Por otro lado, la plantilla de estibadores de Bilboestiba ha disminuido en los últimos años por las jubilaciones y defunciones, son 120 trabajadores menos desde el 2008. Muchas de estas prejubilaciones han sido pagadas con dinero público, algo que no tiene mucho sentido ya que Bilboestiba-CPE es una empresa privada. Esto abriría otro hilo al debate bastante peliagudo.

Mientras tanto los trabajadores eventuales acumulaban más de 2000 contratos diarios firmados (quizás en fraude de ley) pero sin ninguna opción a pasar a ser de la plantilla fija.

En 2009 y principios del 2010 l@s eventuales sufren el primer castigo de la crisis, trabajando 30 jornales en un año. Hasta bien entrado el 2011 no se recupera la normalidad de trabajo.

En 2014 se les “recomienda” obtener carnets de Trailer (C+E), CAP y ADR, lo que les supone una media 3000 euros a cada uno de su bolsillo, transcurridos 5 años les toca renovarlo todo, con el  consiguiente desembolso económico.

Todo ello, supuestamente, para poder realizar el transporte horizontal como choferes. Una labor que se realiza por estibadores en todos los demás puertos del estado y que en Bilbao, se hace un silencio extraño cada vez que se menciona y pasa rápidamente al olvido colectivo.

En 2016 consultan su situación con un abogado y se llevan a cabo movilizaciones y cumplimiento estricto del convenio y normas de seguridad.

Por ello, reciben amenazas y coacciones, pero ninguna solución.

En 2017 las posibles incorporaciones a la plantilla fija quedan fuera de juego con la disculpa del decreto de la liberalización de la estiba. Mientras en otros puertos blindaban a muchos de sus eventuales en Bilbao se dormía.

En 2020 los eventuales secundan la huelga de dos meses convocada por los sindicatos, un acto “Kafkiano” ya que a pesar de estar en una bolsa de trabajo, no dejaban de ser trabajadores eventuales contratados solo por un día. Aún así llevaron todo el peso y la movilización del conflicto, siendo los títeres y prisioneros de guerra de ambos.

Transcurridos los primeros diez días de conflicto, la empresa borra a los eventuales de la ecuación dejando de contar con ell@s y anulando las tarjetas de acceso a las instalaciones y vulnerando el legítimo derecho a ejercer la huelga. Son despedidos y rápidamente readmitidos, para sufrir un castigo encubierto de más de un año. Se cuenta con ellos lo justo y necesario, en ese tiempo realizan no más de 80 jornales.

Cuando parecía que el peso de este conflicto no podía aplastarlos más, nada más iniciarse el año 2022, la empresa, decide saltarse el NO de la parte sindical y utiliza a los trabajadores fijos para doblar y hacer el peonaje entre semana también (que ya lo hacían en las jornadas festivas desde verano de 2021). Este es el tiro de gracia a l@s eventuales, que si antes trabajaban poco ahora ya se pueden considerar de directamente despedid@s otra vez.

Puntualizamos sobre el doble o doblar, que sistemáticamente, como se hace en este puerto es el cáncer silencioso del estibador. Es voluntario en actual convenio en vigor (pero de obligatorio cumplimiento próximamente), pero se intenta camuflar muchas veces con término moralista “dar servicio”. Nada más lejos de la realidad, detrás del doble solo hay un interés económico tanto por parte de la empresa como por la parte del trabajador que se presta a ello. Atrás quedan los años donde esos dobles anuales se contabilizaban y eran la llave para incorporaciones a la plantilla fija, un síntoma de que hacía falta más personal.

En cualquier empresa se hacen horas extras, y a veces se pide hacerlas a l@s trabajadores/es con cierto paternalismo para que el negocio sea rentable.

En el puerto de Bilbao, los últimos años ha sido un festival de faltas de personal y de ver la lista del pedido en rojo. Aunque gran parte de la plantilla doblase y trabajaran tod@s l@s eventuales, no se cubrían las necesidades de almacenes y barcos.

No pasaba nada, esto sólo se hablaba a pie de grúa y no trascendía.

¿No es este el mayor síntoma de que hace falta más personal fijo para trabajar con mas profesionalidad y ser más competitivos?

El doble según el actual convenio es una jornada especial donde los trabajadores meten dos jornadas de turno de 6 horas (12 horas seguidas), pero los contabilizan como 8+4 de tal manera que la empresa se ahorra pagar una seguridad social

Art. 11 – Jornadas de trabajo

Art. 15 – Jornada especial

Las 20 primeras jornadas especiales se compensaran económicamente según establece en anexo I, sin derecho a descanso. A partir de la vigésimo primera jornada la compensación económica será según se establece en el anexo I con derecho a un día de descanso.

Haciendo caso omiso al estatuto de los trabajadores donde establece un máximo de horas extras anuales, el doble es algo descontrolado en el puerto y si lo realizan entre semana y de peón, ¿Donde quedan los eventuales que llevan realizando este trabajo durante tanto tiempo? Tanto para la parte social como la empresarial, esta última, siempre se pavoneaba de contar con ell@s de tener planes para ell@s.

¿No sería algo moral borrarse del doble para que es@s trabajadores/as eventuales podrían, al menos, intentar llevar un salario a casa? Sería una respuesta consecuente del colectivo estibador a esta nueva agresión a sus eventuales. Ya no detrás de unas siglas o slóganes sindicales, sino más bien a una responsabilidad personal y solidaria.

¿Cómo llevan l@s eventuales y sus familias esta situación? En general, con resignación y con pocas esperanzas. Son 14 años de incertidumbre y de supervivencia en el día a día. Tras lo acontecido en 2020 algunos trabajadores se han marchado en busca de un futuro mejor, otr@s compaginan con otros empleos, otr@s visitan periódicamente a psicólogos y much@s otr@s sobreviven mes a mes en números rojos y con descubiertos bancarios.

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