El Gobierno Vasco ha convocado a diferentes agentes políticos, sindicales, sociales y patronales, al objeto de acordar un Pacto Vasco de Salud. En el documento presentado para este Pacto se afirma: “El Pacto Nacional de Salud en Euskadi debe ser un compromiso conjunto, donde se involucre a todos los actores sociales, políticos y sanitarios”. En este sentido, la portavoz del Gobierno Vasco manifestó que “la importancia que tiene esta materia que va a necesitar la colaboración y aportación de todos”. En recientes declaraciones, el Consejero de Salud ha afirmado que, en dicha reunión, han participado “los que quieren estar”, lo cual no es cierto.
A pesar de que, durante los dos últimos años, venimos siendo un agente activo en defensa del sistema sanitario público, reclamando mecanismos reales de participación ciudadana, realizando numerosas movilizaciones y haber solicitado una reunión al Consejero de Salud, de la que estamos a la espera de respuesta desde hace 4 semanas, las plataformas en defensa de la sanidad pública, organizadas en OPA Herri Plataformak, no hemos sido convocadas, al igual que otros colectivos afectados por la actual situación sanitaria: pensionistas, feministas, familiares y usuarios/as de residencias, ayuntamientos, etc. En contraposición, se ha invitado a organizaciones patronales partidarias de la privatización de la sanidad pública y a universidades privadas, lo cual es muy significativo.
En relación con el concepto de salud, ya desde 1946, en el preámbulo de la Constitución de la OMS se define como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Por tanto debe abordarse de manera integral, considerando todos los determinantes de la salud, y aplicando el concepto de “salud en todas las políticas”, tal como asume el propio Departamento de Salud (aunque, hay que señalarlo, incumpliéndolo sistemáticamente): “Las causas de la salud y el bienestar están fuera del ámbito del sector de la salud y tienen una génesis económica y social que es en la que se debe actuar”, superando los ámbitos de actuación propios de Osakidetza. A tal fin, la participación de toda la comunidad deviene fundamental para alcanzar tales propósitos. Sin embargo, este enfoque está ausente en la propuesta, limitándose a la situación asistencial de Osakidetza, por lo que, en ningún caso, se trataría de un Pacto de Salud.
Señalamos, así mismo, que, si lo que se pretende es implementar medidas en relación con el estado de la salud en la CAV y con otras dirigidas a solucionar la crítica situación que padece el sistema sanitario público, debería partirse de un acertado diagnóstico. El presentado por el Gobierno no puede calificarse como tal, al no abordar la salud en todas sus facetas, limitándose a una recopilación de datos sobre Osakidetza (parcial y conteniendo errores sustanciales), y con manifiesta ausencia de elementos fundamentales para analizar la situación de este organismo.
Todos los agentes políticos (incluidos los componentes del Gobierno), sindicales y sociales hemos remarcado el deterioro de Osakidetza. Sin embargo, en el documento presentado no hay referencia alguna a este deterioro, ni atisbo de autocrítica; al contrario, todo es autocomplacencia. De hecho, en el Diagnóstico que se ha presentado se ignora el aumento de quejas y reclamaciones. Cuando no se admiten las carencias del sistema, es imposible corregir su rumbo.
En ningún momento se abordan la externalización-privatización de servicios, las derivaciones a centros privados, ni el presupuesto destinado a tales fines, ni las consecuencias negativas para la salud que pudieran derivarse de esta privatización, como se ha demostrado en diferentes estudios. En todo el documento se habla de salud o sistema sanitario, sin citar la palabra público, lo cual nos resulta muy significativo. Tampoco se diagnostican las causas -aunque es fácil intuirlas- por las que ha aumentado notablemente la contratación de seguros privados de salud.
Falta un estudio económico sobre la financiación de la Atención Primaria que permita cotejar su situación. No se presentan datos sobre los cierres y/ recortes de horarios de centros de atención primaria, ni acerca de la situación de las emergencias, del transporte sanitario, de la sobrecarga de trabajo del personal por aumento de sus cupos. Tampoco hay referencias a las consecuencias para la salud de la falta de longitudinalidad en la atención sanitaria, ni sobre las previsiones en la calidad del servicio, jubilaciones y grado de cobertura de las mismas.
Habida cuenta de la alta conflictividad laboral en Osakidetza, resulta llamativo la ausencia de esta cuestión y de las causas que la provocan. Tampoco se citan la situación generada por la conflictividad laboral y las continuadas negligencias de las empresas subcontratadas, con los riesgos consiguientes (limpieza, transporte sanitario…), ni se presenta una rendición de cuentas sobre el cumplimiento de los pliegos de condiciones exigidos, elemento imprescindible al tratarse de dinero público.
No hay referencias a la salud comunitaria, a las residencias (el 90% de gestión privada), a los cuidados, ni a la salud laboral para la población más vulnerable y desatendida. Resulta, asimismo, llamativa la ausencia de referencias a la reiterada vulneración de los derechos lingüísticos de la población euskaldun que se producen en Osakidetza.
No se evalúan los diferentes Planes Estratégicos, Planes de Salud, etc, elaborados por el Departamento de Salud y Osakidetza, buena parte de ellos en vigor.
Consideramos que la no convocatoria a “todos los actores sociales, políticos y sanitarios”, y la falta de un diagnóstico real de la salud en la CAV y de Osakidetza, desvirtúan el debate y contradicen los objetivos que se afirman perseguir.
Así mismo, las recientes declaraciones del Consejero, afirmando que, durante 3-5 años, continuaremos sin el personal médico necesario y que no recuperaremos las cifras de las listas de espera anteriores a la pandemia; la propuesta de presupuestos para el próximo año en la que no se contemplan ni una mayor inversión, ni un aumento de la plantilla para Osakidetza; unida a la ausencia de autocrítica en el documento presentado, alimentan nuestro escepticismo sobre el resultado del proceso para la elaboración del Pacto Vasco de Salud.
Por todo ello, reclamamos la participación en este proceso de todos los agentes afectados, un diagnóstico real de la situación de la salud y de la sanidad pública, y el abordaje de los problemas estructurales que presenta el sistema público de salud que, de manera inmediata, debiera conllevar el freno a la actual política de privatizaciones.
Eusko Jaurlaritzak hainbat eragile politiko, sindikal, sozial eta patronal deitu ditu, Euskal Osasun Ituna adosteko. Itun honetarako aurkeztutako dokumentuan honako hau baieztatzen da: «Euskadiko Osasun Itun Nazionalak baterako konpromisoa izan behar du, non eragile sozial, politiko eta sanitario guztiak inplikatuko diren». Ildo horretan, Eusko Jaurlaritzako bozeramaileak adierazi zuen «guztion laguntza eta ekarpena beharko duen arlo honek duen garrantzia». Berriki egindako adierazpenetan, Osasuneko sailburuak adierazi du bilera horretan «egon nahi dutenek» parte hartu dutela, baina hori ez da egia.
Azken bi urteetan, eragile aktiboa izan gara osasun-sistema publikoaren defentsan, herritarren partaidetzarako mekanismo errealak eskatzen, mobilizazio ugari egiten eta Osasuneko sailburuari bilera bat eskatu diogun arren, eta duela 4 astetik erantzunaren zain gauden arren, osasun publikoaren aldeko plataformak, EEP Herri Plataformak plataforman antolatuak, ez ditugu deitu, egungo osasun-egoerak eragindako beste kolektibo batzuk bezala: pentsiodunak, feministak, senideak eta egoitzetako, udaletako eta abarretako erabiltzaileak. Aitzitik, osasun publikoaren pribatizazioaren aldeko patronal-erakundeak eta unibertsitate pribatuak gonbidatu ditugu, eta hori oso esanguratsua da.
Osasunaren kontzeptuari dagokionez, 1946az geroztik, OMEren Konstituzioaren hitzaurrean honela definitzen da: «erabateko ongizate fisiko, mental eta sozialeko egoera, eta ez soilik afekziorik edo gaixotasunik eza». Beraz, modu integralean heldu behar zaio, osasunaren determinatzaile guztiak kontuan hartuta, eta «osasuna politika guztietan» kontzeptua aplikatuz, Osasun Sailak berak bere gain hartzen duen bezala (hala ere, adierazi behar da, sistematikoki bete gabe): «Osasunaren eta ongizatearen kausak osasunaren sektorearen eremutik kanpo daude, eta jatorri ekonomiko eta soziala dute, eta horretan jardun behar da», Osakidetzaren jarduera-eremuak gaindituz. Horretarako, komunitate osoaren parte-hartzea funtsezkoa da helburu horiek lortzeko. Hala ere, ikuspegi hori ez dago proposamenean, Osakidetzaren asistentzia-egoerara mugatzen baita, eta, beraz, ez litzateke inola ere Osasun Ituna izango.
Era berean, EAEko osasun-egoerari buruzko neurriak eta osasun-sistema publikoak bizi duen egoera kritikoa konpontzeko beste neurri batzuk ezarri nahi badira, diagnostiko egoki batetik abiatu beharko litzateke. Gobernuak aurkeztutakoa ezin da halakotzat jo, osasunari ez baitzaio alderdi guztietan heltzen, Osakidetzari buruzko datuak biltzera mugatzen baita (partziala eta funtsezko akatsak dituena), eta erakunde horren egoera aztertzeko funtsezko elementurik ez baitago.
Eragile politiko (Gobernuko kideak barne), sindikal eta sozial guztiok azpimarratu dugu Osakidetzaren narriadura. Hala ere, aurkeztutako dokumentuan ez dago narriadura horri buruzko aipamenik, ezta autokritika-zantzurik ere; aitzitik, autokonplazentzia da dena. Izan ere, aurkeztu den diagnostikoan ez da kontuan hartzen kexa eta erreklamazioen gorakada. Sistemaren gabeziak onartzen ez direnean, ezinezkoa da haren norabidea zuzentzea.
Hainbat azterlanetan frogatu den bezala, inoiz ez dira aztertzen zerbitzuak kanpora ateratzea-pribatizatzeari, zentro pribatuetara bideratzeari, helburu horietara bideratutako aurrekontuari eta pribatizazio horrek osasunean izan ditzakeen ondorio negatiboei. Dokumentu osoan osasunaz edo osasun-sistemaz hitz egiten da, publiko hitza aipatu gabe, eta hori oso esanguratsua da guretzat. Era berean, ez dira diagnostikatzen osasun-aseguru pribatuen kontratazioa nabarmen handitu duten kausak – nahiz eta erraz sumatzen diren –.
Lehen Mailako Arretaren finantzaketari buruzko azterlan ekonomiko bat falta da, haren egoera alderatzeko. Ez da daturik aurkeztu lehen mailako arretako zentroen itxierei eta ordutegi-murrizketei buruz, ez eta larrialdien, osasun-garraioaren eta kupoak handitzeagatik langileek duten lan-gainkargaren egoerari buruz ere. Era berean, ez dago aipamenik osasun-arretan luzetarako ez izateak osasunean dituen ondorioei buruz, ezta zerbitzuaren kalitatearen aurreikuspenei, erretiroei eta horien estaldura-mailari buruz ere.
Osakidetzan dagoen lan-gatazka handia kontuan hartuta, deigarria da gai hori eta hori eragiten duten arrazoiak falta izatea. Era berean, ez dira aipatzen lan-gatazkek sortutako egoera eta azpikontratatutako enpresen etengabeko zabarkeriak, horren ondoriozko arriskuekin (garbiketa, garraio sanitarioa…), ez eta eskatutako baldintza-agiriak betetzeari buruzko kontu-ematerik ere, ezinbesteko elementua baita diru publikoa delako.
Ez dago osasun komunitarioari, egoitzei ( % 90eko kudeaketa pribatua), zainketei eta lan-osasunari buruzko aipamenik biztanleria ahulenarentzat eta arretarik gabekoarentzat. Deigarria da, halaber, Osakidetzan euskaldunen hizkuntza-eskubideak behin eta berriz urratzen direla dioen aipamenik ez egitea.
Osasun Sailak eta Osakidetzak egindako plan estrategikoak, osasun-planak eta abar ez dira ebaluatzen, horietako asko indarrean baitaude.Gure ustez, «eragile sozial, politiko eta sanitario guztiak» ez deitzeak eta EAEn eta Osakidetzan osasunaren benetako diagnostikorik ez egiteak eztabaida indargabetzen dute eta lortu nahi diren helburuen aurka egiten dute.
Era berean, sailburuak duela gutxi egindako adierazpenek, hau da, 3-5 urtez beharrezko medikuntza-langilerik gabe jarraituko dugula eta pandemiaren aurreko itxaron-zerrendetako zifrak berreskuratuko ez ditugula diotenek; datorren urterako aurrekontu-proposamenak, inbertsio handiagorik eta Osakidetzarako plantilla handitzerik aurreikusten ez dutenek; eta aurkeztutako dokumentuan autokritikarik ez egoteak, Euskal Osasun Ituna egiteko prozesuaren emaitzari buruzko eszeptizismoa elikatzen dute.
Horregatik guztiagatik, eskatzen dugu eragindako eragile guztiek prozesu honetan parte hartzea, osasunaren eta osasun publikoaren egoeraren benetako diagnostikoa egitea, eta osasun-sistema publikoak dituen egiturazko arazoei heltzea, berehala galga jarri beharko bailitzaioke egungo pribatizazio-politikari.
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