La floricultura de exportación es un negocio que se ha instaurado a nivel mundial desde mediados del S. XX, hoy en día se ha convertido en una gran fuerza transnacional que centra su producción en países especialmente de América latina (Colombia, Ecuador, Guatemala, Cuba) y en África (Kenia, Zimbabwe, Tanzania). Colombia es el segundo productor a nivel mundial después de Holanda.
A medida que la agroindustria de exportación fue creciendo a nivel global, las consecuencias socio-ambientales a escala local en los territorios destinados a este monocultivo fueron haciéndose evidentes, caracterizándose por: la explotación laboral especialmente a mujeres, ya que es un sector altamente feminizado, largas jornadas laborales, consecuencias en la salud por realización de labores con múltiples riesgos como el uso de agroquímicos tóxicos, más consecuencias ambientales significativas que han venido desertificando a los territorios productores.
Por medio de este comunicado queremos compartir a ustedes que la comercialización de flores a nivel mundial está dirigida a Estados Unidos y a Europa que recibe el 70% de la importación a nivel mundial. Las exportaciones son realizadas con mayor fuerza en fechas conmemorativas como San Valentín, Sant Jordi, el soldado caído en EE.UU, el día de la madre rusa, el día de la mujer, entre otras, lo que significa para los países productores altas temporadas, por lo menos en Colombia, se han llegado a registrar hasta 18 horas de trabajo diarias.
Por lo anterior, desde el 2001 organizaciones sociales y sindicatos de Colombia han promovido una iniciativa de reconocer el 14 de febrero como el día de las y los trabajadores de las flores como estrategia nacional e internacional. Esta iniciativa la han adoptado países como Ecuador, Austria, Inglaterra y la ciudad de Oakland en Estados Unidos, para dar a conocer esta realidad y proponer una reflexión a países tanto productores como consumidores, sobre los efectos que esta agroindustria genera a nivel ambiental y social.
La temporada de San Valentín representa para las empresas un aumento en sus utilidades de un 10%, unos 550 millones de tallos para exportación este año, que son el 35% de las ventas totales anuales, que no se reflejan en pagos o incentivos a trabajadoras y trabajadores a pesar del incremento de la carga laboral. Este año las peticiones de los sindicatos y organizaciones de Derechos Humanos en Colombia son: NO a la sobre carga laboral, NO a la subcontratación, y RESPETO y garantías al derecho de asociación.
A los países consumidores queremos invitarles a reflexionar sobre los efectos y la responsabilidad que se tiene al comprar un producto con una historia de explotación, que si bien genera bastantes empleos, las condiciones de producción no son las mejores. Como sociedad consumidora ¿Cómo se puede enfrentar el dilema que se esconde tras las flores? Si tienes alguna opinión, aporte o reflexión puedes escribir al siguiente correo: asociacionherrera@gmail.com
¡PORQUE LAS TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DE FLORES
SON MÁS IMPORTANTES QUE MILES DE FLORES JUNTAS!
Firman: Red Popular de Mujeres de la Sabana Bogotá, Corporación Cactus, Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema Agropecuario, SINTRAINAGRO, CUT.