Según el Ministerio de Igualdad del Gobierno de España, el 46% de la población migrante son mujeres, en su mayoría, dedicadas al trabajo doméstico y a los cuidados; dejan sus países de origen buscando una oportunidad, lejos de la violencia y la precariedad.
Este reportaje recoge la historia de tres mujeres migrantes latinoamericanas ─Patricia, de México, Gioly, de Venezuela y Dary, de República Dominicana─, que llevan años viviendo en España, y se funde con las voces de las asociaciones que defienden y amparan la llegada de las que toman la decisión de dejar sus países de origen en busca de calidad de vida.
Muchas huyen del peligro en las calles y del machismo que las convierte en víctimas de violencia de género. A otras, la falta de oportunidades les obliga a abandonar sus países de origen para mejorar su economía.
Las mujeres migrantes latinas llegan a España con estudios universitarios y se convierten en cuidadoras, vienen madres y se hacen cargo de otros hijos, vienen hijas y tienen la responsabilidad de convertirse en el principal sustento de sus familias.
En este reportaje, las voces de Patricia, Gioly y Dary se unen con las de Lucy Polo, presidenta de la asociación Por Ti Mujer, quienes luchan por combatir las causas estructurales que ponen en riesgo la ciudadanía de las mujeres; Marisol Herreño, vicepresidenta de la junta directiva de Red de Mujeres Latinoamericanas, y socia fundadora de la asociación Casa de Colombia en España; Edith Espinola, portavoz de la organización Servicio Doméstico Activo, Sedoac, y tesorera también de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe; y Mariam Narváez, responsable del Centro Integral a Mujeres Inmigrantes y Víctimas de Violencia de Género en la asociación Por Ti Mujer.
Las mujeres migrantes latinoamericanas que viven en España y las asociaciones que las amparan exigen regularización y compromiso al Estado español y empatía a sus habitantes, pero también agradecen tener la oportunidad de estar en un país que les permite hablar sin miedo de lo que les aqueja por dentro.
“Detrás de cada mujer migrante hay sueños, hay familias, hay una búsqueda inalcanzable de tranquilidad y seguridad en todas sus formas”, relata Laura Hoyos.