Por Laura Fontalba
El sábado por la mañana, los periodistas Ander Balanzategi y Ahoztar Zelaieta, presentaron junto a la profesora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) María Ruiz Aranguren, el proyecto comunicativo Hordago-El Salto, en Sarean, situado en San Francisco (Bilbao). El proyecto, que existe desde 2018 y que, desde sus inicios, ha participado de forma mensual en 68 números como nodo, abre una nueva etapa con su número 69. Un nuevo formato trimestral, que deja paso a nuevos números compuestos por monográficos sobre diversos temas de la actualidad.
Hordago-El Salto es un medio de comunicación independiente. Construido gracias a una comunidad sólida que, por medio de las suscripciones, les permite seguir practicando un periodismo alternativo con el que cubrir la actualidad e investigar sobre las cuestiones que más preocupan a la población vasca.
El encuentro del sábado se centró en el diálogo sobre el mito del oasis vasco y el periodismo de investigación. Hablaron sobre la impunidad de las Diputaciones y los Ayuntamientos, la falta de instrumentos judiciales y sobre la complicidad de los medios de comunicación vascos con los partidos del Gobierno.
Este número 69, se centra principalmente en la corrupción; pero, en él, también recogen entrevistas a Garbiñe Biurrun, presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y a Laura Gómez, técnica superior de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Así como un editorial sobre el arte de la desinformación.
En la presentación de esta nueva etapa, Ruiz hizo hincapié en la idea de que el periodismo independiente es la única vía posible para hacer periodismo de investigación; sobre todo en temas relacionados con la corrupción política. Los tres ponentes pusieron sobre la mesa la nulidad de los portales de transparencia y la falta de recursos reales para la investigación de la corrupción. Zelaieta, por su parte, explicó la complejidad de centrarse en este tipo de temas, que resulta incluso «desagradable» por tener que inmiscuirse en las «zonas turbias del poder». Asimismo, recordó los riesgos que este tipo de periodismo conlleva, entre los que incluyó la pérdida de relaciones personales.
A pesar de las dificultades, Hordago llega como una alternativa al periodismo convencional, atado a grandes multinacionales y otras empresas. Hordago nace como nodo de El Salto, medio autogestionado y asambleario, para ir «más allá de la corrupción». Su objetivo se centra en cubrir la actualidad e investigar en profundidad para poder crear una agenda propia. «Queremos ser más y más fuertes para seguir investigando», sentenciaron.
