Por Laura Fontalba
El colectivo feminista Argitan ha convocado una manifestación con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, bajo el lema: “¡Redistribuyamos todo! Contra la precariedad y la pobreza ¡mujeres en lucha!». La manifestación dará comienzo en la Bide Onera de Barakaldo a las 19:30h.
Para animar la participación, el colectivo repartirá 28.000 hojas informativas a través de los buzones barakaldeses y realizará dos mesas informativas; una, esta mañana y, otra, el próximo 6 de marzo. La intención es que la manifestación convocada sirva para «denunciar las desigualdades y las discriminaciones que sufrimos las mujeres de forma estructural» y «buscar una transformación que nos lleve hacia una sociedad con más justicia social, corresponsable y con empleos y salarios dignos para todas”.
Argitan también ha recordado y denunciado que la pobreza y la precariedad tienen «rostro de mujer»; y que se trata de una realidad avalada por los propios datos de Emakunde, que indican que la brecha en Euskadi se sitúa en un 17,9%. Es decir, de media, al año, un hombre cobra 5.914 euros más que una mujer. Una brecha que aumenta considerablemente si los datos comparados enfrentan sectores feminizados y masculinizados; entre los que, según LAB, la diferencia salarial puede aumentar hasta el 90%.
A estos datos, Argitan ha sumado las tasas de paro en mujeres. Según los datos oficiales de Lanbide, la tasa de paro en mujeres es del 13,1 frente al 9,7 en los hombres. Asimismo, el 57,3% de las personas perceptoras de la RGI son mujeres; y lo mismo ocurre con el 62,3% de las pensionistas que la reciben. Además, han señalado que, según la Encuesta de Población Activa (EPA), el 75% de los empleos a tiempo parcial los ocupan mujeres; la temporalidad también es más alta para estas; y el 95% de las personas que trabajan a tiempo parcial para ejercer el cuidado de familiares, enfermos o mayores también son mujeres.
Argitan, partiendo de los datos expuestos, ha denunciado la «invisibilidad del trabajo de cuidados, su infravaloración social, las alianzas del capitalismo con el patriarcado y la feminización de la pobreza». Con ello, el colectivo ha reivindicado la importancia de crear «redes de lucha», desde la organización social, ecofeminista y comunitaria, para luchar contra el heteropatriarcado capitalista y racista que «explota y oprime».
Este año, las reivindicaciones del 8 de marzo se relacionan con la redistribución de la riqueza, el trabajo y los cuidados, y que estos sean «eje transformador» para construir una sociedad más justa, equitativa y de corresponsabilidad. Para lograrlo, han exigido medidas de «protección social, servicios públicos de calidad, universales y gratuitos, redistribución de la riqueza, del trabajo, correponsabilidad y el reparto equitativo de las tareas del hogar y de cuidados»; así como «medidas para garantizar empleos dignos y en igualdad de condiciones para las mujeres, además de todos los derechos para todas las trabajadoras de hogar y de cuidados”.
Finalmente, el colectivo, que se autodefine «antimilitarista» además de «feminista», ha denunciado el actual contexto de guerras. «Las guerras son el máximo exponente de la violencia patriarcal (…). Nuestro feminismo está radicalmente en contra de las guerras y exigimos que no se destine ni una mujer, ni un hombre, ni un euro para alimentar el negocio de las guerras; y que las partidas que se destinan para gastos militares se destinen a cubrir necesidades sociales y se inviertan en educación, sanidad y protección social para todas las personas», han exclamado.