Por Laura Fontalba
En el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, bajo el lema «No al negocio con nuestra salud», el centro asesor de la mujer Argitan de Barakaldo, junto a BOPA, la plataforma ciudadana en defensa de la sanidad pública de la localidad, se han concentrado ante el Hospital de Cruces para exigir una «atención integral con perspectiva de género y de calidad en la sanidad pública», el derecho al aborto en los hospitales públicos, y la eliminación de los recortes y de la privatización del sistema sanitario.
La asociación feminista ha denunciado las situaciones de «desigualdad» y «desprotección» a las que deben enfrentarse las mujeres, una desprotección también impulsada por Osakidetza, que recorta en servicios sanitarios indispensables como la atención primaria o servicios específicos que tienen que ver con el derecho a la salud de las mujeres. En esta línea, las matronas que trabajan en Osakidetza han explicado que su colectivo está mayoritariamente formado por mujeres y que, a diario, tienen que trabajar con falta de personal, una falta de cobertura que supone un gran riesgo para las mujeres y los recién nacidos.
Además, la creciente privatización de Osakidetza está negando el derecho a las mujeres de ser atendidas y tratadas en los hospitales públicos. «Llevamos décadas viendo cómo Osakidetza se pliega a los intereses de las clínicas privadas para hacer negocio con nuestro derecho al aborto, derivando más del 95% de los abortos que se realizan en Euskadi a clínicas privadas», ha explicado Argitan.
«Asegurar la asistencia por parte de profesionales formadas en el respeto, el acompañamiento, con perspectiva de género y feminista, es esencial para garantizar una atención digna, integral y de calidad para todas las mujeres», han asegurado. De hecho, según ha explicado la asociación, la precariedad, sobrecarga de trabajo de cuidados, malas condiciones laborales y las desigualdades estructurales afectan directamente sobre la salud mental y física de las mujeres.
Por todo ello, Argitan y BOPA han denunciado que Osakidetza se está convirtiendo en un modelo de sanidad «privatizado, subcontratado y precario, estructurado a medida de los intereses del capital»; con lo que han exigido a las administraciones que se ponga en marcha una «cultura de cuidado» de las personas trabajadoras, para enfrentar la precariedad, mejorar las condiciones laborales, regular los salarios y regular los horarios.
