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Feministas Al Congreso llega a las europeas a pesar del silencio mediático

Se autodefinen como "la vanguardia de la dignidad humana" y defienden que el género "no es una identidad", y que pornografía y prostitución también son "formas de violencia machista".

2024-06-06T13:38:38+02:006 junio 2024|Reportajes|Comentarios desactivados en Feministas Al Congreso llega a las europeas a pesar del silencio mediático

Ayer, Pilar Aguilar, Presidenta del Partido Feministas Al Congreso (PFAC), y Zuriñe Ojeda, candidata al parlamento Europeo, participaron en un acto público, presentado por Nuria Orive, para exponer su programa político y sus reivindicaciones de cara a las elecciones europeas.

Bajo el lema «Por una Europa claramente feminista», presentaron los 12 puntos principales de su programa. Entre ellos, destacaron la abolición del género, la prostitución y la explotación reproductiva; o la emergencia medioambiental. Todo ello con la principal exigencia de que la Unión Europea se base en «igualdad, libertad, justicia social, feminismo y paz», pues tal y como aseguraba Aguilar: «No hay libertad sin igualdad» y, además, «el feminismo es el único movimiento que hoy en día hace una enmienda a la totalidad». En este sentido, aseguró que incluso el planeta «necesita feminismo», porque, a su parecer, son las mujeres quienes tienen más interiorizado el concepto de «cuidado de la vida» y, por ende, «una percepción mucho más ajustada del peligro de cargarnos el planeta».

Ambas representantes mostraron su preocupación ante el trato que se le otorga actualmente a los ideales feministas que PFAC defiende. «En estas elecciones todo el mundo pasa de puntillas sobre el feminismo», aseguraba Aguilar, quien considera que ni siquiera los datos respecto a asesinatos machistas y agresiones, que en 2023 alcanzaron la cifra de 102 mujeres asesinadas y cerca de 20.000 agresiones, reciben la importancia que merecen. En esta línea, Zuriñe Ojeda recordaba que recientemente se votó en contra de una reforma del código penal que tenía como objetivo «multar a proxenetas y puteros», y que esta no salió adelante porque a las mujeres «no se les ve como seres humanos ni como iguales». Para PFAC, pornografía y prostitución son formas de violencia machista y patriarcal, al igual que la violencia psicológica, vicaria, económica, la violencia ginecológica y obstétrica e, incluso, la extracción de óvulos. Por ello, entre sus reivindicaciones, destacan la necesidad de «modificar la propuesta directiva europea sobre la lucha contra la violencia», para que se incluyan todas las formas de violencia machista «sin excepción».

Asimismo, Ojeda planteaba que el principal problema es que el feminismo se ha «ilegalizado». «Cuando haces una ley que blinda el género estás ilegalizando el feminismo», sostenía ella, porque, a su parecer, el género «no es una identidad» sino «uno de los pilares del patriarcado que nos oprime». Esta creencia la sostienen también en su programa electoral, en el que aseguran que «la introducción del concepto de identidad de género en las leyes tiene como consecuencia directa la eliminación del sexo como categoría jurídica», lo que para ellas deja «inoperativas» las políticas públicas que «tienen como objetivo la igualdad entre hombres y mujeres y la erradicación de la violencia machista». Es por ello que, en su programa, exigen la abolición de todas las leyes y protocolos que introduzcan los conceptos: identidad de género, cisgénero, personas no binarias, género fluido, etc.; e incluso que la legislación europea no permita a las personas «autodeterminar su sexo», pues consideran que el sexo es «una realidad material».

Con la percepción de que en Euskadi se les «hunde, borra y legaliza su explotación», se autodefinieron como «la vanguardia de la dignidad humana» e hicieron un llamamiento a dejar a un lado el «voto útil», porque «¿hay algo más inútil que votar a quien no te hace caso?», se preguntaba Aguilar, quien hizo mención directa a «las feministas que están en el PSOE», para pedirles, «por favor», que «no voten a su partido», porque tienen «el síndrome de la mujer maltratada: creer que va a cambiar y que es bueno en el fondo».

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