Por Laura Fontalba
El viernes, Día Grande de Bilbao, aprovechando su crucero Internacional de Instrucción «Mar Báltico 2024», el Buque Escuela Guayas (BESGUA) de la Armada de Ecuador regresó a la ciudad en la que, hace 47 años, fue construido por los Talleres y Astilleros de Celaya de Erandio. Este, que ya había parado previamente en Baltimore (EE.UU), Helsinki (Finlandia), Tallin (Estonia), Turku (Finlandia), Mariehamn (Finlandia) y Szczecin (Polonia), ha pasado el fin de semana en el muelle Ramón de la Sota, en Itsasmuseum, Bilbao, para homenajear su construcción.
Denominado como «Embajador Itinerante del Ecuador», ha realizado más de 35 cruceros internacionales por los cinco continentes, luciendo con orgullo la bandera tricolor de la República de Ecuador. Se caracteriza por contar con una embarcación compuesta por 154 miembros, de los cuales 114 son oficiales y tripulantes, y 40 guardiamarinas de tercer año de la promoción 81 de la Escuela Superior Naval Comandante Rafael Morán Valverde. Estos últimos, gracias al crucero, han tenido la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos durante estos años de estudio.
A su llegada a Bilbao, lo esperaban autoridades locales, encabezadas por Leixuri Arrizabalaga, presidenta de Itsasmuseum Bilbao y diputada foral de Euskera, Cultura y Deporte; Gonzalo Olabarria Villota, coordinador de Alcaldía y Políticas Culturales del Ayuntamiento de Bilbao, y Aitziber Oliban, alcaldesa de Erandio; así como una gran multitud de ecuatorianos y ecuatorianas residentes en Bizkaia, pero también provenientes de otras localidades y comunidades del Estado.
Begoña Celaya, hija de José Celaya, constructor de este buque, también ha estado presente durante diversos actos. «Yo era pequeña. Recuerdo que íbamos a ver lo bonito que estaba quedando. Era el trabajo de mi padre… Recuerdo la emoción que daba cuando salían con todos los marinos puestos en las velas», relataba con añoranza al ver de nuevo al único de los cinco buques que ha vuelto a «la tierra donde nació»; y que su padre construyó con la emoción y el sentimiento de dejar que «un pedazo suyo» se fuese «por ahí, al mar y a la vida, fuera de su mundo».
Durante todo el fin de semana, se ha homenajeado su historia y su construcción, y se ha celebrado que desde el 19 de abril de 2024 pasaron a nombrarlo «Embajador del Cacao y del Chocolate Ecuatoriano». Por ello, además de visitas guiadas por todo el buque y venta de artesanía ecuatoriana, se han ofrecido charlas sobre el origen milenario del cacao y la historia de uno de los productos más representativos de Ecuador. Incluida la marca Origen Ecuador, que engloba todas las empresas de cacao y chocolate de Ecuador. «El cacao es uno de los productos por los que tenemos que estar orgullosos. En mi caso yo lo estoy, y es muy bonito que sea embajador», aseguraba la chef Carolina Sánchez, embajadora de la gastronomía ecuatoriana, quien participó con una degustación de ceviche realizada junto a su compañero el chef Iñaki Murua. «Tenemos que darnos cuenta de lo que tenemos. No mirar tanto hacia fuera, sino a lo que realmente tenemos en el Ecuador. Es importante que la gente vea, viaje, conozca más… Uno cuando realmente se da cuenta de lo que hay en la Amazonia, en la costa o en la sierra no necesita salir. En Ecuador lo tenemos todo», terminaba asegurando ella.
Llegada la tarde del domingo, para poner la guinda a toda esta experiencia, el buque se despidió con un concierto de la banda sinfónica del BESGUA. Un recital de música tradicional ecuatoriana que fue el último acto público de esta visita. Una visita que, para la comunidad ecuatoriana, ha supuesto una forma de recordar sus raíces por medio de un trasfondo cultural que ha ayudado a crear redes y conectar entre personas.
Finalmente, esta mañana de lunes, el buque ha partido hacia Lisboa (Portugal), en un itinerario que se detendrá en Cartagena (Colombia) antes de llegar a su meta final en Guayaquil (Ecuador).
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