En Bilbao la Plataforma de Solidaridad con Chile en Euskadi movilizó a decenas de personas para denunciar y hacer visible a la comunidad internacional los hechos represivos del Gobierno de Sebastián Piñera contra el pueblo chileno. Manifiestan que el problema central de toda esta revuelta chilena no se debe al alza del pasaje del metro, sino a los abusos sistemáticos provocados por un gobierno que no representa a su país ni a su pueblo. Y que actúan, aseguran, amparado en la misma Constitución declarada en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet. Un laboratorio permanente del sistema neoliberal.
COMUNICADO
Chile, fértil provincia, y señalada en la región antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa, la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida, ni a extranjero dominio sometida.
Reunirnos en este espacio emblemático, como es al pie de la araucaria, nos honra, ya que es un árbol prodigioso de nuestros antepasados. Este lugar conmemora el nombre del primer poeta chileno, Alonso de Ercilla y Zúñiga, dicho por Neruda. Cuando era retoño, este árbol fue traído por la colonia vasco chilena e instalado aquí, como seña de identidad y de hermandad entre ambos pueblos. Por otra parte, los versos iniciales de la Araucana, nos dan fuerza para apoyar en la distancia al pueblo chileno, nuestro pueblo, que está pasando una vez más, por tan duros momentos.
Hoy 4 de Octubre de 2019, nos reunimos aquí para denunciar hacer visible ante la comunidad internacional os hechos represivos que han caracterizado al gobierno autoritario del Presidente Sebastián Piñera.
La crisis que hoy afecta a nuestro país, esta incrementada por diversas situaciones como la privatización del agua, el alza en los servicios básicos, el remate de los ríos, una salud pública deplorable, una mala calidad en la educación, pensiones en manos de sectores privados que gestionan sus fondos en la bolsa, con pérdidas solo para los pensionistas y no para sus gestores.
Jubilaciones que no llegan al sueldo mínimo interprofesional, el paro en distintos estamentos públicos y la desigualdad e injusticia social, que según el señala último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Chile, solo el 1% más adinerado del país se queda con el 26% de la riqueza, mientras que el 50% de los hogares, con menores.
Por otra parte, señalamos que los abuelos de los jóvenes que se manifiestan, forman parte de ese 50% que recibe pensiones inferiores a los 150.000 pesos, que se traducirían en alrededor de 180 euros y que gastan gran parte de sus ahorros previsionales en remedios, debido al alto costo de éstos. Sucesivos informes demuestran que la desigualdad social es una asignatura pendiente y que, si bien es cierto, los ingresos han aumentado en la última década, los salarios siguen siendo bajos en comparación con el alza del costo de la vida no alcanzando a cubrir las necesidades básicas de la población. Este es el Chile real y no el que vende el Gobierno de Sebastián Piñera y el empresariado.
Cabe destacar que la gran mayoría de los chilenos rechaza las acciones de violencia, a nadie le agrada, pero esta revuelta ha sido la única forma de visibilizar el gran problema del Chile actual. No hay duda, que en el fondo de algunos corazones, existe un sector que no simpatiza con ciertas necesidades de rebelarse, pero no dejan de manifestarse frente a lo que consideran injusto.
Este ha sido el comienzo del estallido social y la solución del actual Presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha sido sacar a los militares a la calle, disparar a la población civil desarmada y de nuevo volver a transgredir los derechos humanos con muertes, detenciones, heridos y violaciones, la mayoría jóvenes que fueron los primeros que han salido a la calle por la precariedad que viven dentro del contexto familiar.
Cada vez son más las voces que exigen dos cosas principales: Primero, la renuncia de Sebastián Piñera, ya que es un presidente sin autoridad que tuvo que llamar a los militares para contener la rabia acumulada del país y la Segunda, la PRECARIZACIÓN de la vida con soluciones concretas en educación, salud, transporte, agua, jubilación y tantos derechos sociales y bienes naturales que han sido privatizados.
¡Lo decimos en alto y claramente: NO VALE APAGAR EL INCENDIO CON VENCINA! Frente al estado de guerra, que insensatamente ha señalado, el clamor popular le respondes con la razón y la fuerza:
¡Váyase del Gobierno, dimita del régimen dictatorial que ha impuesto y en el que ha embarcado a TODO CHILE, VENDIÉNDOLO AL MEJOR POSTOR.
BASTA DE INJUSTICIAS, PRIVILEGIOS Y PREVILEGIADOS! ¡FUERA!