Hace un mes, el ejército turco aliado con fuerzas fascistas del entorno de Al Qaeda lanzó una campaña militar de invasión contra la región kurda de Afrin, situada en el noroeste de Siria dentro de la Federación Democrática del Norte de Siria.
Afrin ha sido una de las regiones más seguras de Siria y durante los últimos años han recibido cientos de miles de refugiados que huían del terror del Estado Islámico, llegando a duplicar su población. Ahora tanto la población de Afrin como la refugiada sufren bombardeos del ejército turco. Desde el inicio de la ofensiva han sido asesinadas más de 600 personas, 700 heridas y miles sufren el desplazamiento forzoso.
Turquía, que se encuentra inmersa en un severo proceso de regresión democrática con una continua vulneración de las libertades y derechos humanos básicos, siente como una amenaza el proyecto de autonomía democrática que la población kurda junto con el resto de etnias están implantando en la Federación Democrática del Norte de Siria. Para acabar con este proyecto confederalista, democrático, pluriétnico y feminista, Turquía pretende por un lado ocupar una franja de 30 Km de territorio sirio a lo largo de su frontera, y por otro lado, llevar a cabo una limpieza étnica contra el pueblo kurdo de Afrin introduciendo a la fuerza en la región a cientos de miles de personas refugiadas.
Turquía ha llevado a cabo esta agresión criminal con la aprobación de Rusia (que retiró sus tropas del lugar), con la complicidad de EEUU que tiene en Turquía su gran aliado en la OTAN y no ha hecho nada para evitar la masacre, y con la reacción irresponsable del gobierno sirio que después de un mes de empezar el ataque se ha limitado a enviar milicias no regulares a la región. Por otro lado debemos denunciar el silencio cómplice de los gobiernos e instituciones internacionales, especialmente las europeas que agradecen a Turquía su trabajo de detener el flujo migratorio hacia Europa a cambio de 6.000 millones de euros y el silencio cómplice tanto con la situación de derechos humanos en Turquía como sus acciones fuera de sus fronteras, como es el caso de Afrin.
Pero la desvergüenza del estado fascista turco no acaba ahí. La masacre en Afrin no le parece suficiente y Turquía ha ordenado a Chequia la detención y entrega de Saleh Moslem (uno de los principales líderes políticos de la Federación del Norte de Siria). Finalmente, tras su detención Saleh Moslem ha quedado en libertad, pero debemos denunciar la capacidad de influencia que tiene sobre los gobiernos e instituciones europeas un estado fascista como Turquía. Por otro lado, Turquía no ha respetado el alto el fuego proclamado por la ONU para todo el territorio durante un mes, ha seguido bombardeando Afrin y asesinando a sus habitantes.
Desde Euskal Herria queremos hacer llegar nuestra solidaridad al pueblo kurdo, que en estos mismos momentos resiste contra el ejército turco y sus marionetas islamistas.
Exigimos la retirada inmediata del ejército turco y el resto de fuerzas ocupantes del territorio de Afrin.
Denunciamos el silencio informativo de los grandes medios de comunicación y el silencio institucional político ante la grave agresión contra Afrin.
Solicitamos a las instituciones vascas y europeas que denuncien el ataque a Afrin y exigimos que tomen las medidas necesarias para detener la agresión turca contra Afrin y para evitar cualquier otra agresión contra la Federación Democrática del Norte de Siria en el futuro.
Para finalizar, apostamos por un proceso político que ponga fin, definitivamente, a la guerra en Siria, le devuelva su soberanía y busque una solución que reconozca las legítimas aspiraciones de autonomía social y democrática del pueblo kurdo y otras naciones e identidades que conviven en el país y la región.