Por Laura Fontalba
Ayer, pensionistas se concentraron ante el Ayuntamiento de Bilbao para denunciar la insuficiencia de las pensiones públicas y cómo sus condiciones de vida continúan deteriorándose porque existe una gran falta de voluntad política para hacer realidad sus reivindicaciones.
Durante la concentración, el movimiento advirtió sobre las consecuencias negativas de la continua privatización y el encarecimiento de los servicios de sanidad y residencias, las pensiones que rozan el umbral de la pobreza, y el incremento de los costes de productos y necesidades básicas, que implican que muchas personas mayores no puedan acceder a una correcta medicación, a una alimentación sana o a una vivienda con servicios básicos —luz, agua…— garantizados.
En esta línea, denunciaron que todas estas situaciones surgen a consecuencia de medidas como la tasa de reemplazo de las pensiones, que sigue disminuyendo a causa de los recortes introducidos en la reforma del 2011 y mantenidos en la del 2021; el incremento de la edad de jubilación, la reducción de las pensiones a quienes cuentan con 40 años o más de cotización de su vida laboral, la persistente brecha de género en salarios y pensiones, o la ley de creación del fondo de pensiones privadas (PPEs) a través de la negociación colectiva.
Por todo ello, reafirmaron su negativa ante la aprobación del Pacto de Toledo y exigieron que sus demandas se contemplen en las líneas generales del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, pero también en las decisiones concretas del Gobierno y sus apoyos parlamentarios. Además, exigieron que no se destine «ni un solo euro» de los salarios diferidos en la vida laboral de las trabajadoras y trabajadores a fomentar las pensiones privadas.
En este sentido y con la reciente victoria del Athletic, Andrea Uña destacó cómo Ayuntamientos e Instituciones están destinando una gran cantidad de dinero para los preparativos de la salida de la gabarra, que este jueves cruzará la Ría desde Getxo hasta el Ayuntamiento de Bilbao. Unos preparativos que se están pagando con dinero público; dinero que pertenece a «todas y todos» y que habitualmente no se destina a cubrir las demandas de movimientos sociales que, como el Movimiento de Pensionistas, luchan por la mejora de sus condiciones de vida. Es por ello que el movimiento reafirmó su intención de seguir en la lucha, hasta que sus reivindicaciones sean escuchadas y se cumplan, y hasta que la plaza en la que cada lunes se reúnen termine reconociéndose como la Plaza de los Pensionistas. «Estamos convencidos que esta batalla la vamos a ganar; celebramos lo conseguido, pero queda mucho por conseguir, tras decenas de años de trabajo es de justicia lograrlo», aseguraron.