Por Plataformas Ciudadanas por la Sanidad Pública
El deterioro, desmantelamiento y privatización de la Sanidad Pública continúa en aumento, con nefastas consecuencias para la salud de la población.
Es el resultado de una planificación y gestión política irresponsable y negativa del gobierno vasco, que arrastramos desde hace muchos años; sobre todo, desde la aprobación de la Ley 15/97, que permitió la entrada de entidades privadas en la asistencia sanitaria.
Resulta un tanto cínico que quienes han estado gobernando las instituciones y Osakidetza durante décadas sigan negando los problemas y el deterioro que sufre Osakidetza y no podemos calificar más que de electoralista el que nos digan ahora ante las próximas elecciones autonómicas que su prioridad es dar solución a esos problemas.
Nos cuesta creer a aquellos que, desde el Gobierno Vasco, han provocado esta situación. A quienes, durante años, vienen desmantelado la sanidad pública, en beneficio de clínicas y seguros privados. A quienes cierran centros o recortan horarios en la Atención Primaria. A quienes promueven la apertura de centros sin personal médico, que ponen en riesgo la seguridad, la salud y la vida de los pacientes.
Nos cuesta creer a los responsables del empeoramiento de las condiciones laborales de la plantilla, sometida a un estrés continuado, a la precarización y a la falta de coberturas. A quienes dicen que no hay recortes, ni privatizaciones y al mismo tiempo y por la espalda privatizan el servicio de diálisis, el canal ciudadano o ahora mismo los almacenes.
Prometen inversiones en nuevos edificios e instrumental médico, mientras falta personal en los actuales centros sanitarios. Su solución, ante las graves consecuencias de las largas listas de espera, es derivar cientos de pacientes a clínicas privadas, debilitando la Sanidad Pública. Pretenden crear, a través de las Mutuas, dos sistemas de salud: uno, con más recursos, para las personas activas laboralmente y, otro, descapitalizado, para el resto de la población.




Es urgente frenar este desmantelamiento de la sanidad pública. No podemos permanecer callados viendo como reducen la sanidad pública y la atención primaria a la mínima expresión como en EEUU, que parece ser su modelo. Por eso demandamos la implementación de un nuevo modelo de cuidados integral, 100% público, universal, gratuito y de calidad que cubra todas las etapas de la vida, garantizando la accesibilidad y la equidad, colocando a las personas y la salud en el centro del mismo.
Es imprescindible una refundación de la Atención Primaria, convirtiéndola en la piedra angular del sistema sanitario, con perspectiva comunitaria y de género, fomentando la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. Que disponga de los recursos humanos y económicos necesarios, destinando, al menos, el 25% del presupuesto sanitario, como recomienda la OMS.
– Necesitamos un sistema sanitario que asegure, en el tiempo, la atención médica por el mismo personal (longitudinalidad) y recuperar la atención presencial plena.
– Que amplíe los servicios sanitarios: salud mental, laboral, comunitaria, preventiva, bucodental, fisioterapia, geriatría, etc…
– Que garantice los derechos lingüísticos en toda la red.
– Transparente en la información y democrático en su gestión, mediante mecanismos reales de participación ciudadana.
– Un sistema que considere, a sus trabajadoras y trabajadores, como el activo más importante del mismo.
– Tampoco podemos dejar de lado la necesidad de que los servicios socio sanitarios o de cuidados sean públicos, gratuitos y de calidad.
Por último, agradecemos a los colectivos y organizaciones sociales, sindicales, vecinales, ecologistas, feministas, juveniles y al movimiento de pensionistas que se hayan adherido o sumado a esta manifestación. Gracias a todos y todas.
¡Gobierne quien gobierne, la Sanidad Pública se defiende!