La Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE-Euskadi) se ha concentrado la tarde de este viernes 20 de octubre en la plaza Biribila de Bilbao para visibilizar y concienciar de la responsabilidad que tienen los varones para acabar con la violencia machista.
COMUNICADO
Queridos amigos, queridas amigas:
Hoy nos hemos reunido en este lugar para hacer público nuestro más enérgico rechazo a la situación de violencia que sufre buena parte de las mujeres y también sus hijos e hijas.
Los asesinatos de mujeres a manos de hombres, siendo el acto más escandaloso y sangrante de las manifestaciones de violencia producida por el machismo, no es el único ni el más numeroso.
Las violencias machistas se transforman para seguir perpetuando la sociedad patriarcal como un aviso a las mujeres da hasta dónde puede llegar los actos del maltratador para seguir conservando su poder.
Un hombre que maltrata a una madre y por ende a sus criaturas es incompatible con la crianza, un padre que maltrata no puede ser un buen padre. Solo el alejamiento de ellos y la reeducación de sus pensamientos y emociones pueden hacer que su conducta se rectifique hacia comportamientos no violentos, amables e igualitarios.
“EL MALTRATO NO ES COMPATIBLE CON LA CRIANZA”
El asesinato de los hijos e hijas como otra forma de violencia de género es una manera cruel de hacer daño a la madre: “no te voy a matar pero voy a matar a lo que más quieres”, con esta frase hombres sin sentimientos y envenenados por el odio y la ira se lanzan a un acto inhumano que deja a la mujer muerta en vida.
“EL ASESINATO DE LOS HIJOS E HIJAS TAMBIÉN ES VIOLENCIA DE GÉNERO”
La prostitución, la trata de seres humanos y el alquiler de vientre son fenómenos en auge que nos dicen cómo la cosificación de la mujer y la utilización de su cuerpo como una mercancía es otra forma de violencia de género, además de una manera de ejercer el poder basada en una sexualidad masculina impositiva.
Como cada día… como siempre, en este mismo momento, millones de mujeres están siendo maltratadas. Y, ante esto, los hombres no podemos seguir permaneciendo callados, pretendiendo no tener responsabilidad moral ante las víctimas.
Levantemos nuestra voz y lancemos a la sociedad un claro mensaje de rechazo absoluto de las raíces de la violencia, negando cualquier razón que la justifique. NO hay excusa posible.
Hacemos desde aquí una petición a todos los hombres: No miréis a otro lado, no sigáis tolerando en vuestro entorno ninguna situación de violencia, sexismo o discriminación hacia las mujeres. Es nuestra responsabilidad actuar allí donde se dé o se prepare el horror. Denunciad aquellos casos que conozcáis y apoyad, sin ninguna duda, a las víctimas, pues necesitarán de toda nuestra responsabilidad.
Hacedlas por ellas y por nosotros.
“EL SILENCIO NOS HACE CÓMPLICES”