Por Laura Fontalba
Ikasle Sindikatua ha denunciado que, el pasado 16 de febrero, mientras pegaban carteles sobre la huelga estudiantil feminista del 8 de marzo en el Casco Viejo de Bilbao, la Policía Municipal identificó a una de sus compañeras y, ahora, están utilizando dicha identificación para amenazarles con una multa.
El sindicato estudiantil ha explicado que dos policías municipales requisaron sus panfletos y carteles e identificaron a una de sus compañeras sin dejarles hablar y asegurándoles que para pegar carteles necesitaban permisos, con lo que, en caso de ver algún cartel más en las calles, denunciarían a dicha compañera con 700 euros de multa. «Tuvieron una actitud chulesca y matona, propia de las identificaciones que se hacen a quienes defendemos nuestros derechos o de las vergonzosas redadas racistas que sufren nuestras hermanas migrantes a diario», han asegurado.
Ante esta situación, el sindicato se ha dirigido directamente a Aburto y al PNV para advertir que no aceptarán «intimidaciones, amenazas, ni ninguna forma de represión» y recordarles que, aunque llegado el 25 de noviembre y el 8 de marzo se coloquen un «pin morado», no olvidan las «brutales cargas» de la Ertzaintza el pasado 8 de marzo de 2023 contra las trabajadoras de las residencias frente a Sabin Etxea.
Asimismo, han recordado que no es la primera vez que reciben amenazas similares, pues ya ocurrió en 2018 cuando, en Gasteiz, el PNV quiso imponerles una multa por pegar carteles también de cara al 8M. «¿Quizás cuando Aburto recientemente dijo que a ver si no podían organizarse manifestaciones por las aceras, quejándose de los cortes de carretera, le faltó añadir que tampoco le gusta que haya carteles reivindicativos en las calles?», se ha preguntado el sindicato que, tal y como ocurre con PP y VOX, consideran que el PNV utiliza a la Ertzaintza para «reprimir los conflictos obreros, también los feminizados».
Por todo ello y recordando las reivindicaciones del 30 de noviembre, aún en pie, el sindicato ha asegurado que esto no va a frenarles y que continuarán llamando a la huelga estudiantil feminista del 8 de marzo, porque saben que ese «es el camino».
