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Movilización en memoria de Irene, ciclista arrollada por un camión en Bilbao

2018-11-14T20:55:17+01:0014 noviembre 2018|Bilbao, Reportajes|Comentarios desactivados en Movilización en memoria de Irene, ciclista arrollada por un camión en Bilbao

Ante la muerte de una ciclista en las calles de Bilbao, BIZIZ BIZI, la Asociación de Ciclismo  Urbano de Bilbao, ha realizado una concentración, ofrenda floral y minuto de silencio en el cruce entre las calles Autonomía y Sabino Arana, en donde también todas las personas asistentes se han tirado al suelo con sus bicicletas para escenificar la fragilidad de las personas que circulan con bici por la ciudad. Tras esta acción han salido en manifestación andando hasta el Ayuntamiento para concluir con una concentración silenciosa.

COMUNICADO

Hoy era martes y trece pero la mala suerte no existe. Existe el exceso de vehículos en una ciudad de 350.000 habitantes donde a día de hoy entrarán más de 350.000 a diario. Existe el diseño premeditado de la ciudad con arterias a 50 km por hora para que los potentes vehículos no se frustren a 30 km por hora y sí lo hagamos las personas atemorizadas que nos atrevemos a coger la bicicleta a diario. Existe una ciudad contaminada e insalubre consecuencia de esa nefasta política de movilidad que antepone el uso del vehículo a la salud y seguridad de la ciudadanía. Tenemos un buen transporte público pero, mientras la ciudad esté diseñada para el uso del vehículo, la ciudadanía optará por el.

 

Hace tres años el concejal de movilidad nos decía al inicio de su legislatura que su horizonte era Copenhague. A un año de su final, Copenhague sigue estando a la misma distancia. Una ciudad no preparada para la bicicleta… mata. Bilbao… mata. Para promocionar el uso de la bicicleta y el sano paseo hay que diseñar políticas de promoción hacia la bicicleta, pero siempre unidas a políticas de contención de los vehículos.  Las instituciones los siguen plantando mediante el diseño de autopistas, túneles y todo tipo de infraestructuras gigantes que aumentarán su flujo.

Tenemos ya ejemplos como Pontevedra. La ciudad gallega ha invertido la tendencia desde 1999 hasta lograr que el 70% de los desplazamientos sean a pie o en bicicleta. Las emisiones de CO2 se han reducido un 70%, las víctimas de accidentes mortales pasaron en una década de 30 a tres. “El que compra un coche no está comprando un trozo de espacio público. No debemos olvidar esto”, sostiene su alcalde. En Pontevedra decidieron arrancar los vehículos y no se arrepienten.

 

Por otro lado, una implementación seria de la bicicleta va más allá de un préstamo municipal electrificado. Se relaciona más con una ciudad desprovista de puntos peligrosos que nos matan, con un trazado de  carriles bici por el centro de la calzada y bidegorris 100% seguros por los que dejaríamos transitar tranquilos a menores. Si seguimos asociando el término accidente con casualidad y no causalidad, nunca llegaremos a entender cómo es posible que sepamos que la mitad de los accidentes se producen en los cruces y no hagamos nada por evitarlo. En esta ocasión ha sido Irene. Siempre la recordaremos alegre porque lo era desplazándose por la ciudad en bicicleta.

 

Hoy la familia ciclista está triste porque la muerte de alguna de nosotras, no sólo nos disminuye sino que siempre nos inocula, además de una inmensa tristeza, un poco más de miedo a la calzada. Hoy nos identificamos con el dolor del entorno de Irene como si de cualquiera de nosotras se tratara, como antes nos identificamos  con el placer que sabemos les ha producido su relación con la bicicleta.

No nos cansaremos de repetir que queremos una reducción drástica del uso del vehículo en la ciudad sustituido por formas sostenibles de movilidad, el calmado del tráfico de vehículos a motor, las calles 30 o las de preferencia peatonal, porque la ciudad es y debe ser de las personas que la habitan.

 

Pensamos que es en el respeto escrupuloso a las normas de convivencia donde se encuentra la base del éxito de cualquier política de seguridad vial, y por ello queremos hacer hincapié en la importancia de adelantar de manera segura respetando la distancia mínima de seguridad de metro y medio y reduciendo la velocidad.

Pero la formación debe comenzar más temprano, incluyendo en los currículos escolares la educación vial para ciclistas, peatones y futuros conductores de vehículos, recursos que conduzcan al “empoderamiento” del o de  la futura ciclista urbana, a que tome conciencia de su posición en la calzada y su derecho a ella.

No tenemos armadura de acero, somos muy vulnerables y sólo desde la conciencia de nuestra fragilidad y el respeto escrupuloso podremos evitar que noticias así se vuelvan a repetir. Contamos contigo para que así sea.

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