Por Laura Fontalba
Esta mañana, Lorea Ureta, integrante de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia (ATH-ELE), ha presentado los resultados de las estadísticas recogidas en el año 2022 durante sus asesorías. Estadísticas que muestran la situación laboral de las trabajadoras de hogar de Bizkaia.
Para comprender el perfil de estas trabajadoras, Ureta ha explicado que prácticamente el total de las personas atendidas fueron mujeres, a excepción de un 3,12%. De estas, más de la mitad son extranjeras no comunitarias, de las cuales un 37,9% se encuentra en situación administrativa irregular; y de estas, el 63,76% trabajan en régimen interno. Una cifra que ha disminuido respecto al año anterior, pero que, según Ureta, aún resulta «alarmante».
Ureta ha explicado que los datos recogidos este año muestran una tendencia clara a la mejora en las condiciones de descanso de las trabajadoras internas. Una mejora que cree que se debe a que este sector está poco a poco revalorizándose, y cuyas trabajadoras cada vez están ganando más valor para reivindicar sus derechos.
No obstante, el cumplimiento del derecho a descansar aún no está asegurado para todas. Los datos indican que el 72,57% de las trabajadoras internas de entre semana trabajaba más de las 60 horas estimadas por la ley de empleo de hogar. Algunas de ellas llegan a alcanzar, incluso, jornadas de más de 90 horas semanales. Aunque la ley no fija un descanso diario concreto, son pocas las trabajadoras internas de entre semana que pueden disfrutar de al menos dos horas libres diarias; incluso un 21,88% de estas no tienen permiso diario para salir de la vivienda. En el caso de las trabajadoras de fin de semana, la situación empeora; casi el 74% de estas no tienen ningún descanso.
Del mismo modo, pocos de los salarios de estas trabajadoras llegan a la legalidad. Según las estadísticas, del total de internas de entre semana, el 97,22% no cobra el salario mínimo en relación con su jornada. Además, aunque existe la obligatoriedad de abonar el salario mediante documento, el 41,30% de las trabajadoras internas lo recibían en mano. Y, para aquellas que lo reciben mediante transferencia bancaria, lo más habitual es recibir en mano el importe por prolongar su jornada al fin de semana.
En el caso de las trabajadoras externas, los datos exponen que casi la mitad de estas son extranjeras no comunitarias, de las cuales el 31% se encuentra en una situación administrativa irregular. En el trabajo externo, la jornada máxima legal también es de 60 horas (40 horas de trabajo efectivo y 20 horas de presencia). En este caso, las jornadas laborales de entre 21 y 39 horas son las más frecuentes; aunque también se dan casos de trabajadoras con más de 40 horas de trabajo habitual, incumpliendo las horas de presencia (tiempo en el que deberían estar «en espera» o con «mínima actividad»). Además, es frecuente que estas trabajadoras atiendan varios domicilios. Y prácticamente el 30% tampoco alcanza el Salario Mínimo Interprofesional.
Los datos permiten concluir que, especialmente en el trabajo interno, a las trabajadoras sin papeles se les imponen condiciones muy alejadas de la legalidad en cuanto a jornada, salarios y descansos. De hecho, casi el 39% de estas ni siquiera descansa por las noches, pues se encargan de atender a personas dependientes. «Exigimos de una vez por todas que el Gobierno Vasco y Español controle las condiciones de las trabajadoras de hogar de una vez», ha exclamado Ureta.
También en necesario separar el trabajo de una empleada de hogar con la de una cuidadora.
Nos exigen una formación para cuidar personas dependientes y se termina trabajando como empleada de hogar atendiendo a los hijos, nietos, ampliando la carga laboral en horarios extensos.