Por Laura Fontalba
Esta mañana, en la octava edición de las jornadas Mujer Migrada Afro-negra en Euskadi, la asociación Mulisol (Mundo Libre y Solidario) ha entregado el Premio Mujer Afrovasca 2023 a Norma Maffare Klinger.
«La Mujer afrovasca, ya sea migrada, nacida aquí o nacida en otro lugar que no sea África… sigue siendo afrovasca. Es importante que exista y se reconozca esa unión. Y a nosotras nos enorgullece reconocer a estas personas migradas», ha asegurado Caridad Riloha, presidenta de Mulisol, quien, con orgullo, ha entregado el Premio Mujer Afrovasca 2023 a Norma Maffare Klinger.
Activista, feminista y escritora. Norma nació en 1953, en Esmeraldas, Ecuador. Su madre luchó para que sus cinco hijos saliesen adelante, tres mujeres y dos hombres a quienes cada día recordaba que: «De millones de palabras de un diccionario, hay que mantener cada día una: respeto». Norma creció en un hogar en el que nunca faltaron el respeto, la orientación y los libros. Características que la llevaron a licenciarse en Sociología y Ciencias Políticas, y dedicar parte de su vida a luchar por los derechos de las personas y, sobre todo, de las mujeres migradas.
Aunque Ecuador siempre está en su memoria y corazón, los últimos 20 años vividos en Euskal Herria le han permitido querer, valorar y respetar su cultura, su lengua y el lugar. Aunque vino a estudiar un posgrado con la idea de regresar a Ecuador tras finalizarlo, Norma encontró en Mujeres del Mundo – Babel un ambiente en el que expresarse e interactuar con otras culturas, salir a reivindicar los derechos de todas las mujeres, denunciar los estereotipos de mujer migrante y, además, desarrollar su vocación: escribir. «Cree que si tuviese otra vida, repetiría, porque sólo viajando y conociendo a otras personas y culturas puede una ponerse en las circunstancias ajenas y entenderlas», ha explicado Caridad Riloha durante la presentación de Norma.
La jornada de este año, titulada La independencia económica. Elemento clave para la emancipación de la mujer y la lucha por la igualdad, ha querido reflejar la importancia de que las mujeres alcancen su independencia económica a fin de que estas puedan construirse como seres independientes e iguales. «Las mujeres buscamos interactuar y entendernos, necesitamos sensibilización por parte de la sociedad y de nuestros entornos», ha explicado Caridad.
Por su parte, Lidia Kinson, secretaria de Mulisol, ha repasado los orígenes de esta asociación, que comenzó a caminar hace ya ocho años, cuando se dieron cuenta de que las mujeres afrovascas necesitaban un espacio para ellas en el que poder dar a conocer su trabajo y sus historias. «Veíamos una necesidad de crear un espacio para nosotras, mujeres afronegras, afrodescendientes, un espacio para que nos escuchen», ha explicado Lidia.
Desde hace cuatro años, en estas jornadas, reparten el Premio Mujer Afrovasca, con el objetivo de visibilizar el gran trabajo que hacen muchas mujeres negras en Euskal Herria que, después, no se ve, porque no hay dónde visibilizarlo. «Con este proyecto nos damos a conocer», ha explicado Lidia mientras bromeaba: «Tenemos un defecto: no sabemos vendernos. Cumplimos, trabajamos, y nadie se da cuenta de nosotras».
Finalmente, cabe destacar la participación de las mujeres «potentes» que, este año, han estado presentes en la jornada: Marcelle Mardon, investigadora; Belén Varela, licenciada en Derecho Económico; Tida Coly, con su proyecto Colores del Mundo; Asha Ismali, sobreviviente de la mutilación genital femenina (MGF), defensora, educadora y líder de Save a Girl Save a Generation; Elsa Mouthe, trabajadora social, dinamizadora y educadora; y, la premiada Norma Maffare Klinger. Además, se esperaba la participación de Elisa Waiso Ebesi, técnica de proyectos de intervención social en el Tercer Sector y defensora de los DDHH y la igualdad, pero que, por motivos de salud, no ha podido asistir.