Por Laura Fontalba
Esta mañana, por medio de un desayuno informativo, Amuge, Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi, junto a Romi Berriak, asociación de juventud gitana, han denunciado lo sucedido a siete mujeres gitanas, que fueron humilladas públicamente y sin justificación en tiendas muy conocidas del centro de Bilbao.
Manuela ha sido la voz representante del primer caso, en el que ella y otras cuatro jóvenes, entre ellas una menor de edad, sufrieron acoso por parte del trabajador de una perfumería de Bilbao. Manuela ha explicado que el varón empezó a mirarlas y seguirlas descaradamente. Cuando le preguntaron si ocurría algo, este se rió, y con «prepotencia» y «aires de superioridad» les dijo: «Os ha tocado». Las jóvenes, desconcertadas, pues no habían hecho nada, le preguntaron si su actitud se debía a que eran mujeres gitanas, a lo que el varón dijo que sí. Una afirmación y trato humillante que las jóvenes lograron grabar en vídeo; y al que se sumaron el resto de compañeras de la tienda, quienes acusaron a estas jóvenes de estar montando un «circo». «Nosotras sólo defendimos nuestros derechos», ha asegurado Manuela, que añadía: «En esos momentos es cuando sientes el rechazo que hay todavía en la sociedad por el simple hecho de ser mujer gitana».
Dada la situación, las jóvenes pidieron la hoja de reclamaciones; pusieron cinco en total. Aun así, siguieron aguantando miradas y críticas. Aunque el varón admitió que su actitud se dio por ser mujeres gitanas, ninguna de las personas presentes les mostró su apoyo. «Ninguna mujer debería sentirse acosada o humillada por el hecho de ser gitana», ha lamentado Manuela. Una situación que dejó a las cinco jóvenes con una sensación de ansiedad, angustia y miedo.
Tamara ha sido la voz del segundo suceso. Un caso en el que dos hermanas, de aproximadamente 30 años, fueron retenidas y registradas por agentes del cuerpo de policía en los vestuarios de una tienda de ropa. «No quieren dar sus nombres porque se avergüenzan, aunque quien se tiene que avergonzar es la sociedad, no ellas», ha asegurado.
Según su relato, ambas hermanas entraron a una tienda de ropa en la que fueron ignoradas tanto por la seguridad como por las dependientas. Dada la situación, decidieron ir a otro establecimiento, pero, cuando apenas llevaban 10 minutos en esta segunda tienda, seis agentes de policía llegaron al lugar para retenerlas, obligarlas a entrar en los probadores e identificarlas. «Les cogieron sus pertenencias, las cachearon, y les hicieron un registro corporal, pidiéndoles que se desnudasen», ha explicado Tamara. Las dos mujeres preguntaron reiteradamente a los agentes la razón por la que las estaban identificando y registrando, pero no obtuvieron ninguna respuesta. Cuando estas preguntaron a uno de los agentes si la situación se debía al hecho de que son mujeres gitanas, las amenazó con denunciarlas por llamarle «racista».
«Se nos hace sentir que somos basura, y es un trauma histórico que persiste y cala en la vida de todas las mujeres gitanas», ha asegurado Tamara, que, en representación de Amuge, ha denunciado la deshumanización de las mujeres gitanas bajo un modelo de prejuicios que, sin necesidad de que hagan nada, las tacha de ladronas. Se trata de «estereotipos antigitanos que impiden que vivan su vida sin violencias».
Generalmente, no suelen recurrir a las denuncias porque siempre se les cuestiona por el simple hecho de ser gitanas. Sin embargo, en esta ocasión, ven necesario dar un paso más allá y acudir a la vía judicial y las movilizaciones para hacerlo público. Uno de los casos ya está denunciado, el otro está en proceso por la complejidad jurídica que tiene. Sin embargo, esperan que con la manifestación de esta tarde, que dará comienzo a las 18:30, se frenen estas situaciones. Que la movilización sirva como una vía de apoyo para que la gente actúe, se quede y escuche, en lugar de presuponer culpabilidad sólo por ser mujeres gitanas. «Cada vez que vuelva a ocurrir esto, vamos a salir a la calle y se nos va a escuchar, porque es necesario que el debate salga a la calle», ha asegurado Tamara.