Nota prensa: La Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi (CEAR-Euskadi) estima que aproximadamente 970 personas solicitaron asilo en La CAV en 2017 (592 en Bizkaia, 258 en Araba y 121 en Gipuzkoa), prácticamente duplicándose esta cifra con respecto al número registrado en 2016, que fueron 500. Son datos que ha presentado esta mañana la organización en la presentación del informe anual de CEAR «Las Personas Refugiadas en España y Europa«, que anualmente se publica por estas fechas, con motivo del Día Internacional de las Personas Refugiadas, que es el 20 de Junio.
Este incremento se debe a diferentes motivos:
– Se incrementan a nivel mundial y estatal las personas solicitantes de asilo debido a todos los conflictos y motivos de persecución que existen actualmente.
– El Sistema de Acogida ha aumentado en los últimos dos años de forma considerable el número de plazas tanto en Euskadi como en el conjunto del Estado, pasando de 200 en 2016 a las 463 actuales que hay en la CAV y todavía no son suficientes.
– Existe un mayor conocimiento del derecho de asilo desde los recursos públicos y privados y las personas que huyen de la persecución cada vez son más conocedoras del derecho de asilo.
Aproximadamente el 70% de las solicitudes de asilo tramitadas en 2017 en la CAV fueron acompañadas por CEAR-Euskadi, por lo que a falta de datos oficiales, los datos de las atenciones que la organización ha hecho durante este año ayudan a construir el perfil de las personas que solicitan asilo en la CAV. Casi el 60% de las personas atendidas por la entidad vienen de tres países: Venezuela (40,33%), Colombia (9,52%) y Ucrania (8,16%), el 46% son mujeres y el 54% hombres.
«Se ha extendido la falsa creencia de que las personas refugiadas no llegan. Estos datos demuestran que sí llegan, la cuestión es que lo hacen por su cuenta y sus casos no son mediáticos», ha recordado Javier Galparsoro, Presidente de CEAR-Euskadi y ha añadido que «no podemos establecer personas refugiadas de primera y de segunda, garantizando la protección internacional y la acogida digna a toda persona que huya de una persecución y así lo requiera».
Patricia Bárcena, la Directora de la organización, ha resaltado que «el Sistema de Acogida tiene que estar preparado para acoger a las personas que lo necesiten. En estos momentos urge abrir más plazas, ya que las 463 que hay en Euskadi están ocupadas o reservadas y solo de las que gestionamos desde CEAR-Euskadi tenemos una lista de espera de más de 100 personas para poder entrar en alguna de ellas. Aquí es donde pueden entrar las instituciones vascas, apoyando la creación de nuevas plazas y nuevos sistemas de acogida que complementen el estatal».
En ese sentido CEAR-Euskadi señala varios retos para mejorar la situación de las personas refugiadas una vez que ya están aquí:
– Minimizar el tiempo de espera para tramitar la solicitud de asilo. En estos momentos, las personas esperan una media de tres meses a la espera solamente de formalizar la protección internacional.
– Urge la creación de un albergue público de primera acogida a las personas que todavía no han podido entrar en el programa de asilo y que no tienen posibilidad de alojamiento en casa de familiares o red social.
– Adecuar el sistema de asilo a las necesidades de las personas y no al revés.
– Apostar por su salud integral: La experiencia de la persecución y de exilio, así como la incertidumbre que viven mientras esperan que su solicitud sea resuelta tiene un fuerte impacto en su salud mental.
El acceso efectivo a derechos fundamentales básicos como el empleo o la vivienda.
Sobre Aquarius:
Bárcena recuerda que «además de celebrar la decisión de acoger a las personas rescatas por el Aquarius, el Gobierno central tiene que adoptar medidas que permitan afrontar el incremento de solicitudes de asilo y llegadas por mar a España: «Existe la necesidad de un mecanismo de coordinación regional con corresponsabilidad de todos los Estados miembro para organizar los rescates, desembarcos y posterior reubicación. Ayer, sin ir más lejos llegaron a las costas andaluzas unas mil personas. No había fotógrafos para recibirlas, ni cámaras, ni representantes políticos.»