Arantza, 3 años de aislamiento. ASKI DA!
Domingo 27 de noviembre a las 13:30hrs.
Escaleras de la calle ronda de Bilbao.
Organiza: Arantza SOS
Arantza Zulueta, abogada del Colectivo de Presos Politicxs Vascxs (EPPK) y miembro del grupo de personas que conformaron de manera pública el grupo de interlocución del citado colectivo con la sociedad, grupo cuyos componentes fueron perseguidos, criminalizados y encarcelados por el Estado Español.
En la actualidad es la única que permanece encarcelada por esa causa y, además, del conjunto de presos y presas vascos, es la única que, tras más de dos años y medio encarcelada, sigue en prisión sin haber sido juzgada.
El caso de Arantza Zulueta representa de manera muy clara la utilización de la prisión como arma de venganza, como instrumento cruel del Estado para ajustar cuentas en cuestiones políticas más allá de la aplicación de la ley. De hecho, le mantienen en prisión por acusaciones por las que ya estaba en libertad en espera de juicio. Es, de facto una rehén política en manos del Estado.
Desde que está en prisión enero de 2014-, Arantza ha sido mantenida en aislamiento extremo de manera arbitraria, sin ver a nadie que no sean los funcionarios que la custodian y en condiciones que buscan su humillación, su desgaste, la pérdida de contacto con su entorno.
Arantza se haya en la prisión de Puerto III, en Cádiz, a más de 1000 km de Euskal Herria, permanece en celda 20 horas al día, aislada del resto de las presas, ya sean políticas o sociales, con salidas a un minúsculo patio; a pesar de estar aislada, es sometida a cacheos constantes de las escasas pertenencias que le son autorizadas, incluidos cacheos con desnudo integral con la única pretensión de humillarla. Su único contacto fluido con el exterior es mediante una llamada diaria y una visita semanal grabada y controlada, al igual que su correspondencia, limitada y que recibe con retraso de semanas.
Con estas actuaciones incrementan su vulnerabilidad personal y jurídica conculcando su derecho a la defensa efectiva, como ha ocurrido tras el último cacheo en el que le han arrebatado los cuadernos en los que había hecho anotaciones para preparar su defensa.
Las condiciones a las que se le somete podrían ser calificadas perfectamente de tortura, la llamada tortura blanca cuyo objetivo es anular y destruir psíquica y mentalmente a la persona afectada.
Arantza debe ser puesta en libertad, ya. No hay excusas; la única razón por la que continua en prisión es la venganza política del Estado.