Por Laura Fontalba
Este pasado 26 de octubre, cientos de jóvenes salieron a las calles en Bilbao en apoyo al pueblo palestino. Una huelga a nivel nacional que pretendía mostrar «solidaridad internacionalista» y exigir la liberación de Palestina.
Según aseguraron los diversos sindicatos de estudiantes, ha sido una huelga estudiantil histórica y masiva. «La intensidad, la rabia y la furia que se ha vivido en las manifestaciones son la mejor prueba de esta voluntad de lucha», insistieron, orgullosas y orgullosos de haber dado un ejemplo de conciencia «internacionalista» y «antiimperialista».
La huelga se realizó en más de 25 localidades, en las que miles de jóvenes vaciaron las aulas para manifestarse a favor de Palestina, contra el genocidio sionista en Gaza y contra la complicidad de los Gobiernos occidentales, en los que incluyeron al Gobierno español.
Con la misma intensidad transcurrió en Bilbao, con una participación multitudinaria, al grito de todo tipo de lemas como «Palestina askatu!» («¡Liberad Palestina!») o «Borroka da bide bakarra» («La lucha es el único camino»), hondeando banderas de Palestina y con una pancarta principal en la que se leía: «Elkartasuna Palestinako herriarekin. Gazako genozidioa gelditu!» («Solidaridad con el pueblo palestino. ¡Parad el genocidio de Gaza!»).
Asimismo, por medio de un manifiesto común, denunciaron la pasividad de los Gobiernos e Instituciones Internacionales que «no están moviendo ni un dedo» para evitar esta situación. «La Unión Europea es cómplice de la montaña de cadáveres que se acumulan en Palestina. Igual que son responsables de haber convertido el Mediterráneo y las puertas del continente en una fosa común con sus políticas migratorias racistas. Para los defensores del sistema capitalista hay unas vidas que valen más que otras», sentenciaron.
Finalmente, insistieron en que la huelga pretendía defender lo que es «justo», los derechos humanos de un pueblo que «está siendo masacrado» y condenar la ocupación militar «salvaje y cruel». «No hay palabras para definir el sufrimiento, la indignación y la rabia que sentimos», aseguraron.