Momentos previos al inicio de la actuación de la cantante israelí, integrantes de la BDZ han repartido volantes con el siguiente texto:
1. «Noa ha llegado justificar, con la excusa de la lucha contra el terrorismo, agresiones militares como la llamada Operación Plomo Fundido, llevada a cabo en 2014 contra toda la población de Gaza»
2. Según su interpretación, la situación en la que se encuentran los palestinos se debe nada más que a ellos mismos y a su intransigencia e incapacidad para responder a los ofrecimientos de buena voluntad para llegar a acuerdos y compromisos por parte de los israelíes.
3. Según Noa, aquellos que se oponen a la ocupación israelí son fanáticos terroristas, fundamentalistas religiosos y radicales de izquierdas.
4. La postura de Noa no es una actitud meramente personal. Forma parte de una estrategia del Estado de Israel destinada a proyectar una determinada imagen internacional a través de sus creadores culturales.
5. Noa es una plataforma internacional del régimen de ocupación Israelí que ensalza a Israel y niega al pueblo Palestino.
Por lo tanto, el boicot no se debe a la etnia de la cantante, ni a su nacionalidad; se debe a que hay mucha gente que no está dispuesta a aceptar y cerrar los ojos ante una invitación a una persona que ha secundado activamente y públicamente en los medios de comunicación la agresión de Israel en Gaza, la masacre hablando claro. Y como icono visible que es, puesto que ella misma se ha posicionado, no se la boicotea por «judía», sino por apoyar acciones genocidas. Nada tiene que ver el «judaísmo» semitismo, sino el secundar con su apoyo crímenes de lesa humanidad.
