Por Laura Fontalba
Esta tarde, el Consejo Socialista de Bilbao se ha concentrado en la Plaza Elíptica para denunciar que Pablo González, periodista, ha cumplido dos años en una prisión de Polonia por difundir información sobre Ucrania.
Según ha denunciado el Consejo, hace dos años que, al inicio de la guerra de Ucrania, los servicios secretos polacos arrestaron a Pablo cerca de la frontera con Ucrania por estar informando sobre la ola de refugiados de guerra en la ciudad de Przemyśl. Le acusaron de actuar como «espía» para la Federación Rusa y, aunque no se presentaron pruebas concretas en contra, el 28 de febrero, se cumplieron dos años desde su detención. Desde el Consejo han explicando que, según la legislación, la duración máxima de prisión temporal son dos años. Sin embargo, la justicia polaca ha vuelto a ampliar, por octava vez, la pena de Pablo al menos tres meses más.
Por medio de la concentración, el Consejo Socialista ha exigido que la Unión Europea y al Estado español asuman su responsabilidad en este suceso. Según han asegurado, bajo el contexto de guerra, los Estados pertenecientes a la Unión Europea han llevado a cabo múltiples «medidas totalitarias», como la censura, el cierre de medios de comunicación o las detenciones arbitrarias. Al igual que el Gobierno español que, para el Consejo, también ha legitimado la detención de Pablo al colaborar con el Estado polaco.
Es por ello que, mediante la concentración de hoy, el Consejo Socialista ha hecho un llamamiento a denunciar la actitud de la Unión Europea y el Gobierno español, para que asuman su responsabilidad, y a movilizarse a favor de la liberación de Pablo González.
Mucho se habla de libertad de expresión en un mundo donde informar de forma cierta e independiente se ha vuelto profesión de alto riesgo. Los medios tradicionales manejan información sesgada y poco confiable para mantener en el letargo a la población mundial. Se hace urgente una manifestación clara y expresa por parte de todos los ciudadanos del mundo para que se respete la integridad física de aquellos que se juegan la vida por llevar la verdad de lo que realmente traman las élites corruptas que quieren llevar al mundo a una guerra donde los únicos victoriosos serán ellos. La lucha debe ser para evitar entregar nuestros hijos a la guerra, si quieren luchar que sean las élites las que encabecen las tropas y que sus hijos sean la carne de cañón que necesitan. Mis hijos no van a la guerra. Solidaridad con Pablo González y libertad inmediata.