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Nure: Psicología feminista porque «lo emocional es político»

Ianire Estébanez, psicóloga feminista, presenta “Nure”. Un espacio seguro en Bilbao en el que recibir una atención personalizada o grupal basada en redes de cuidado mutuo.

2023-10-07T13:04:13+02:007 octubre 2023|NURE, Psicóloga feminista|Comentarios desactivados en Nure: Psicología feminista porque «lo emocional es político»

Por Laura Fontalba

Sujeto a los pilares fundamentales del apoyo y el cuidado mutuo, Nure abre su espacio físico en el portal número 3 de la calle Arenal en Bilbao. Allí, tres zonas muy acogedoras forman parte de esta consulta de psicología en la que varias profesionales, con perspectiva de género, ofrecen servicios individuales, grupales, online o presenciales. Nada más entrar, los cuadros, los colores cálidos, los asientos cómodos o el papel pintado de las paredes sugieren que, allí, se puede encontrar un trocito de paz. Y, de hecho, así nos lo transmitió Ianire Estébanez, psicóloga sanitaria con especialización en violencia contra las mujeres, quien forma parte directa de este proyecto.

Nure surge de una iniciativa que hace de la psicología un proceso compartido y no siempre tan individualizado, porque su labor es acompañar a las personas analizando los entornos, contextos y las distintas violencias que atraviesan nuestras vidas. Es por ello que Ianire no se autodefine como “psicóloga” a secas, sino que tiene un importante apellido: “feminista”. En sintonía con ello, Nure nace de un juego de palabras entre nire (mío) y gure (nuestro). Surge de la idea de la interdependencia. “Todas las personas somos interdependientes, nos creemos independientes, pero todas necesitamos a otras”, explicaba Ianire, y añadía: “No soy ni tú, ni yo, ni nosotras, sino algo colectivo creado entre tú, yo y nosotras a la vez”.

Se podría definir Nure como un espacio seguro en el que cuidarse y acompañarse recíprocamente. Aunque para lograr dicha seguridad, tienen muy presente que es necesaria una mirada transversal al contexto social en el que hemos aprendido, para comprender que, muchas veces, cómo nos sentimos o cómo nos relacionamos con otras personas está directamente influenciado por dicho contexto. Por ejemplo, desde la psicología feminista, el caso de una mujer con autoestima baja no se considerará sólo un problema individualizado, porque la mirada feminista indica que una mujer con autoestima baja estará directamente afectada por un contexto social en el que, desde los inicios de la historia de la humanidad, se ha dicho a las mujeres cuáles son sus límites y se les ha infravalorado, en muchas ocasiones, reduciéndolas a su aspecto físico. “Claro que como mujer puedes tener una autoestima baja, porque vives en una sociedad que no te valora y de la que has extraído unas creencias y un bagaje muy fundamentado también en esas creencias sociales”, explicaba Ianire.

Esta mirada lleva a Nure a recuperar el lema feminista “Lo personal es político”, con el que se reivindica que el malestar de las mujeres está relacionado con su situación política y de inferioridad. En Nure, “lo emocional es político”, porque entienden que el malestar de las mujeres u otros colectivos excluidos tiene que ver con una desigualdad de partida. Ianire explicaba que una mirada más feminista ayuda a entender que, por ejemplo, tras un caso de depresión no hay sólo una bajada del estado de ánimo, que sería el síntoma o la señal, sino que se puede estar viviendo una situación donde no se está reconociendo y valorando a esa persona, y eso le va quitando su energía. Lo mismo ocurre, en numerosas ocasiones, con casos de fibromialgia, ansiedad o estrés que surgen de situaciones de explotación laboral, situaciones en las que la carga mental es desmedida, o en las que se trabaja gratuitamente cuidando a los demás sin un momento de cuidado para una misma. “Decir que lo emocional es político es entender que el género también forma parte de cómo aprendemos a expresarnos”, aseguraba, y añadía: “Muchas mujeres no llegan a enfadarse, no llegan a poder poner ese límite y expresar rabia cuando alguien se está pasando o les está haciendo daño”.

Sin embargo, etiquetarse como “psicólogas feministas” tiene sus limitaciones. Ianire explicaba que en ciertos campos de la psicología sanitaria se considera que este tipo de etiquetas invalidan el trabajo que se realiza y que, además, no permiten llegar a todo tipo de pacientes, porque, al añadirla, no todos se sentirán llamados. Sin embargo, hay muchas mujeres o ciertos grupos de personas para las que, trabajar con una profesional que se autodenomine feminista y que, además, lo evidencie en la práctica, es importantísimo. Aunque Ianire reconoce que tal vez no sea una posición cercana a todo tipo de miradas, considera que mantener una mirada concreta les permite crear un espacio muy cuidado para ciertos temas que son muy importantes. “Yo sí creo y me gustaría que quedara claro que cada vez somos más las que nos posicionamos y queremos que nuestro trabajo esté posicionado en una política concreta. Eso no significa que no vayamos a atender a una persona que no se identifique como mujer o que no se identifique como feminista, no es que estemos poniendo una barrera a que todo tipo de personas puedan sentirse llamadas, pero intentamos posicionarnos para que aquellas que sí necesitan tener presente esa mirada sepan que este es un espacio seguro para ellas”, afirmaba Ianire. Además, este posicionamiento permite que, desde el primer momento, se puedan identificar claramente cuáles son las tipologías de trabajo que se pueden encontrar en Nure.

En este espacio, trabajan un total de seis profesionales, cada una con sus especialidades y todas con perspectiva de género. “Hay algunas compañeras más especializadas en unos ámbitos o en otros, y eso tiene precisamente esa búsqueda de entender que quizá no todo va a pasar por una misma profesional”, explicaba Ianire. Por ejemplo, una de ellas, más especializada en neuropsicología, se encarga de los procesos relacionados con la atención, la concentración, la memoria…, muchos de estos casos, sobre todo en mujeres mayores, están fomentados en personas que han estado toda su vida dedicándose al cuidado, poniendo el foco y la atención en tantísimas cosas que la carga mental termina siendo excesiva. Otras compañeras, que están más especializadas en psicología afirmativa, trabajan con colectivos LGTBIQ+, también integrando la A de asexualidad. Y otras trabajan también con mujeres migradas. “El hecho de tener compañeras desde distintas miradas, nos ayuda a poder hacer una derivación que tiene mucho que ver con esa sabiduría que cada una de nosotras traemos gracias a nuestro activismo social y laboral, y nuestra forma de acompañar”, remarcaba Ianire.

Gracias a esta red de acompañamiento, en Nure comparten el respeto de entender que todas ellas son personas, por ende, vulnerables y limitadas, y que acompañar al resto como merece requiere que ellas también se sientan bien. Por eso, muchas veces, la falta de tiempo o de especializaciones concretas les lleva a derivarse casos unas a otras. “No es un formato de: haz cuantas más sesiones mejor, sino: ¿cómo lo llevas?, ¿rebajamos un poco porque ahora estás con muchas cosas?, o tal vez se estén llevando procesos que son muy duros y hay veces que necesitamos un descanso”, explicaba Ianire. Una forma de actuar que considera ética, porque incluso si alguien recomienda su nombre, ve necesarias ciertas derivaciones si cree que una de sus compañeras podría hacerlo mejor: “Hay momentos en los que vamos a estar trabajando con casos muy complejos y vamos a necesitar esa colaboración y, dentro de la confidencialidad, no trabajar tanto en la individualidad. –y añadía– Mantenemos esa idea de que no somos invulnerables; yo también voy a necesitar del cuidado de mis compañeras, mis compañeras me cuidan a mí, y yo a ellas. Es una relación recíproca”.

Cabe destacar que, además, no sólo ofrecen terapia individual, sino que existe lo que han denominado: “Comunidad Nure”. La idea es realizar actividades como talleres o grupos de acompañamiento que sean abiertos y flexibles, donde se puedan dar aprendizajes muy prácticos con perspectiva de género. Autocuidado, inteligencia emocional, atención plena… son sólo algunos de los temas que se tratarán en estos espacios. “Uno de los proyectos que tenemos pendiente para dentro de unos meses es un grupo para mujeres en perimenopausia y menopausia, que entendemos que es un momento complicado del que no se habla mucho. La compañera que lo va a dinamizar se llama Berta y es especialista en mujeres de estas edades. El objetivo es sentir apoyo colectivo, que lo que te pasa a ti no te pasa solo a ti, que nos pasa a muchas”, explicaba. De manera similar, Nure también destaca por una iniciativa que centrará su labor en ofrecer un servicio dirigido a mujeres en situación económica precaria, quienes podrán recibir sesiones individualizadas o conjuntas en búsqueda de un apoyo mutuo. Nure ofrece muchas alternativas mediante las que crear comunidad y redes de apoyo, en las que conocer a otras personas con las que compartir vivencias y experiencias, y de las que aprender recíprocamente.

En definitiva, en Nure se acompaña desde el cuidado feminista, con una gran cercanía, empatía y respeto. Emociones que pudimos sentir desde el momento en el que Ianire Estébanez abrió su puerta para darnos la bienvenida.

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