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Miles de estudiantes se movilizan en Euskal Herria por una Educación que no dependa de las grandes empresas

Ikasle Abertzaleak reivindica un modelo educativo que prime los intereses de la clase trabajadora y garantice las necesidades de todo el alumnado.

2023-03-30T16:58:57+02:0030 marzo 2023|Reportajes|Comentarios desactivados en Miles de estudiantes se movilizan en Euskal Herria por una Educación que no dependa de las grandes empresas

Con información de Ikasle Abertzaleak

El sistema educativo es una institución más en nuestra sociedad que depende de grandes empresarios y los alumnos vivimos sus consecuencias en nuestra piel. De hecho, al igual que el resto de los servicios públicos y de la sociedad, en tiempos de crisis el sistema educativo se está adaptando al nuevo ciclo económico. Este proceso de transformación tiene sus consecuencias desde la educación secundaria hasta la universidad, pasando por la formación profesional. En definitiva, las élites económicas quieren garantizar que la educación siga siendo «provechosa», que sea eficaz para cumplir las funciones que les interesan.

La primera función que cumple la educación para ellos es tener un negocio rentable. Ejemplo de ello son las empresas que obtuvieron más de mil millones de beneficios a través de una asociación como el CFAA, entre otras.

Otra de las funciones que quieren preservar es la de educar a una capa amplia de la sociedad del futuro para vivir en la precariedad y la miseria. Para ello se aplica un riguroso disciplinamiento desde la fase más temprana del proceso educativo. Ejemplo de ello es, por un lado, el modelo penitencial de secundaria: enseñar a estar 7 horas sentado en clase y sumiso, es hoy más importante que el desarrollo intelectual del alumno. Por otro lado, este mismo objetivo se mantiene también por el vaciado de contenido y la asfixiante carga de trabajo en la universidad, así como por las asistencias obligatorias y los periodos de prácticas en la formación profesional.

Este modelo educativo se centra en adquirir la capacidad de acostumbrarse a las grandes cargas de trabajo y a la incertidumbre, así como en construir normas arbitrarias y un respeto basado en dogmas. Por ello, otro de los objetivos es asimilar que toda actuación fuera del proceso de estudio será también juzgada, castigada y silenciada por la fuerza. No podemos dejar un ejemplo más claro en la UPV/EHU: 34 alumnos están amenazados con abrir expediente por haber participado en piquetes de una huelga estudiantil, a riesgo de ser expulsados.

Eso no es poco, y nos enseñan desde jóvenes que el éxito futuro de cada alumno depende tanto del proceso de aprendizaje como del esfuerzo posterior en el mundo laboral. Como si la solución a la incertidumbre que vivimos los alumnos estuviera en sus manos. Por el contrario, es evidente que el proceso de proletarización también golpea fuertemente al alumnado. Quien presenta las condiciones económicas más precarias, tiene más dificultades para avanzar en el proceso de aprendizaje. Así, el 21% del alumnado que se matricula en la universidad abandona los estudios antes de finalizar el grado, y aun logrando completarlos, los másteres caros tienen cada vez más importancia y costes mayores. Si no se paga un máster de un año que duplica el coste del grado de 4 años, no sirve de mucho el título de grado en la mayoría de los casos. En resumen, están elitizando la educación y expulsando de ella una amplia capa de estudiantes obreros, más que un esfuerzo, una condición para avanzar en los estudios.

Mientras, a pesar de que se diseñan muchas políticas educativas -cada nuevo gobierno ha sacado una ley-, las reformas de los políticos profesionales se limitan a introducir los cambios a los que nos hemos referido. Estos políticos están a disposición de los grandes empresarios y no tienen más que una mínima determinación sobre la educación. Repartir migas de pan ante toda la miseria que generan es todo lo que tienen que ofrecer. A pesar de ello, en el reparto de estas migajas desempeñan un papel muy importante en la transformación de la educación, como hemos visto claramente desde principios de curso, encargándose de desmovilizar a los diferentes sectores de la educación para que las reformas que proponen para su propio rendimiento se apliquen sin oposición alguna.

En este sentido, los alumnos debemos organizarnos al margen de ese circo y defender nuestros intereses.

La educación dependiente de los grandes empresarios nos condena a la miseria. Por eso, para que aquellos que están haciendo negocio a nuestras espaldas, así como los que nos expulsan del proceso educativo no determinen nuestro futuro, nos resulta imprescindible tejer una fuerza organizada que lo afronte.

Un modelo educativo que prime los intereses de la clase trabajadora y garantice las necesidades de todos los alumnos, no vendrá ni de la mano de los empresarios ni de los políticos, y eso mismo tenemos que movilizarnos para combatirlo. Para reivindicar un sistema educativo que anteponga el bienestar de todos a los intereses económicos de unos pocos, que sea gratuito y universal. Sistema educativo socialista.

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