Otro 1 de Mayo más estamos en la calle para exigir una jornada de lucha y confrontación. Nada ha cambiado que nos invite a retroceder. Si cabe, debemos ser más contundentes, más violentas y más exigentes, porque dentro del capitalismo ninguna victoria de nuestra clase es posible. El capitalismo no se reforma, el capitalismo se combate y se destruye.
La lógica del capital y la cultura de la posmodernidad nos quieren hacer creer que la clase obrera es un concepto anacrónico, Que todas somos clase media, que todas, con esfuerzo y tesón, podemos prosperar a posiciones de poder y éxito social, y que la lucha de clases es un concepto panfletario y del pasado. Sabemos que eso no es cierto. Sabemos que los hijos e hijas de las obreras no tienen los mismos privilegios que los hijos e hijas de los dueños de las grandes empresas vascas, españolas y europeas. Sabemos que la migración es un hecho que perpetúa a las personas en la exclusión y la pobreza. Sabemos que ser mujer es un factor de riesgo en el empobrecimiento y la precariedad y sabemos también que la lucha es la única herramienta que tenemos las personas trabajadoras para emanciparnos. Seamos mujeres u hombres, bolleras, trans o heterosexuales, migrantes o europeas, dentro de nuestras diferencias y nuestras luchas particulares, tenemos en común el mismo eje de opresión, el capitalismo y el patriarcado.
Ninguna victoria de la clase trabajadora se ha negociado con los patrones, con los jefes, gerentes o dueños. La aparentemente simple conquista de las 8 horas de jornada laboral, implicó la ejecución y la condena de varios militantes anarquistas en la ciudad de Chicago en 1886, tras varias semanas de encarnizados enfrentamientos y huelgas. No vamos a negociar nuestros derechos, vamos a pelearlos y tomarlos sin pedir permiso.
Es un hecho inaceptable que la miseria de muchas se traduzca en el beneficio y la opulencia de unos pocos. Es un hecho que el patriarcado para perpetuarse necesita la sumisión y la opresión de las mujeres, que el capitalismo necesita la guerra, el sometimiento de otros pueblos y la desigualdad para mantenerse y desarrollarse y que dentro de esta lógica de acumulación las personas trabajadoras, las mujeres, las naciones sin estado, los pueblos originarios, las periferias, las personas migradas, las disidencias sexuales, el medio ambiente y los animales son pasto de este sistema productivo machista, clasista, racista, especista e inhumano.
Nosotras, que estamos aquí organizadas, porque tenemos conciencia de clase y porque sabemos que nuestra libertad no es negociable. Nosotras, que somos de un pueblo que ha sostenido su identidad y su idioma a través de la lucha, que hemos dejado compañeras y compañeras peleando en el camino, o en la cárcel o el exilio, somos el motor del movimiento popular de Bilbo. Un movimiento vivo, combativo y que a pesar del peso ideológico del Capitalismo y el patriarcado, seguimos en pie y reivindicando que Borroka da bide bakarra, Gora langileria! Gora emakumeon borroka! Kapitalismoari sua! (Fuente: BorrokaGaraia)
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