El pasado jueves, nos movilizamos en las capitales y muchos pueblos de Euskal Herria por el asesinato de una mujer de 92 años. Las instituciones sin embargo no activaron el protocolo porque el asesinato no se dio en el marco de la relación de una pareja.
El lunes nos despertamos con la noticia de que un padre apuñaló a su hija donostiarra, Izar. Su madre es Sara Majarenas presa política vasca en la cárcel de Picassen, Valencia. Desde la marcha mundial denunciamos las múltiples violencias que encierra este caso: Desde la marcha mundial denunciamos las múltiples violencias que encierra este caso: por un lado la violencia machista (que como venimos denunciando tiene múltiples caras, y la violencia contra los y las niñas es una de ellas), el régimen de dispersión y la propia estructura patriarcal carcelaria. Sara continúa en la cárcel sin poder estar junto a su hija. Por ello, hoy también exigimos la puesta en libertad inminente de Sara para poder dar una salida lo más humana ante esta situación.
El mismo día, Blanca Esther Marqués, de 48 años era asesinada por su pareja en Burlada. Después de asesinarla arrojó el cuerpo al río Ultzama. Además, en los últimos días han sido detenidos varios hombres acusados de violencia sexista en Gasteiz, Durango y ayer en Bilbo.
Las mujeres, simplemente por el hecho de ser mujeres, sufrimos el continuum de la violencia machista en nuestros cuerpos a diario, desde la mirada, el gesto o el desprecio más sutil hasta el asesinato. La violencia machista no tiene límites, es una herramienta funcional del sistema heteropatriarcal en el que vivimos para mantener la desigualdad de poder entre las personas. Desde aquí queremos enviar toda nuestra solidaridad y apoyo a las mujeres que han sufrido manifestaciones de esta violencia que no tiene fin.
Hoy más que nunca queremos reivindicar que la violencia machista es un problema político, social, económico y cultural de primer orden. Las agresiones no se manifiestan de manera aislada; es la sociedad en la que vivimos la que fomenta y permite el uso de la violencia contra las mujeres.
En la lucha contra la violencia machista, es imprescindible la implicación y toma de responsabilidad tanto individual como colectiva de todos los agentes sociales, políticos e institucionales. No nos vale la pasividad. Exigimos empezar por no apoyar a los agresores, visibilizar actitudes machistas cotidianas, poner en marcha estrategias de educación y más recursos institucionales dirigidos a combatir la violencia machista. Es hora de pasar del discurso a la práctica.
Sabemos muy bien que no vivimos en igualdad; las múltiples y diversas violencias golpean nuestros cuerpos; la precariedad, la violencia física, el asesinato machista… Frente a eso, seguimos impulsando una transformación social feminista.
para finalizar queremos hacer un llamamiento a la autodefensa feminista, porque son nuestras vidas las que están en juego. Seguiremos luchando juntas y en marcha hasta que todas seamos libres!!!!