Por Laura Fontalba
Nasti de Plastic Bizkaia ha denunciado que el Ayuntamiento de Bilbao se ha negado a realizar una campaña de concienciación en torno a la contaminación que generan las colillas.
Hace semanas, Nasti de Plastic Bizkaia presentó una moción ante el Ayuntamiento de Bilbao en la que planteaba varios puntos para disminuir el impacto de las colillas en el medio ambiente. El primero de ellos, proponía realizar una campaña para concientizar a la población sobre lo contaminantes que son las colillas. El segundo, planteaba la necesidad de aumentar los ceniceros-basura en Bilbao. Y, el tercero, solicitaba que se cumpliesen las ordenanzas y se multase a aquellas personas que tiren sus colillas al suelo.
Respecto al primer punto, desde el Ayuntamiento, Kepa Odriozola, concejal del PNV y presidente del Consorcio de Aguas de Bilbao, aseguró que no iban a realizar una campaña «sólo para las colillas». Una respuesta que molestó a la organización, pues minimizar y negar que arrojar las colillas al suelo es un problema con graves consecuencias medioambientales sólo sirve para seguir invisibilizando este residuo. Además, explicaron que son muchas las personas que fuman y, acto seguido, tiran las colillas al suelo, tengan cerca o no un cenicero al que poder arrojarlas. Esta actitud demuestra que la contaminación por colillas presenta un problema de base relacionado con la falta de información y de concienciación.
El segundo punto se rechazó de forma directa; y, respecto al último punto, se aseguró que las ordenanzas se estaban cumpliendo correctamente. «¿Cuántas multas se han puesto por arrojar colillas al suelo desde el año 2020 hasta el año 2022?», preguntaron desde Nasti de Plastic Bizkaia. «Dos», respondieron desde el Ayuntamiento. «Existe una impunidad institucional frente a los fumadores que tiran colillas, porque concejales, jueces, alcaldes, policías… también las tiran», aseguraba una integrante de Nasti de Plastic Bizkaia.
Desde el Ayuntamiento se resolvió la enmienda propuesta con una corrección. No se va a realizar una campaña de concienciación respecto a las colillas, pero sí se hará una campaña respecto a los residuos en general. Con ella, se enseñará el uso correcto de los contenedores y se enseñará dónde depositar las colillas. «Esta propuesta diluye completamente nuestro mensaje. El envoltorio de un caramelo también contamina, pero no se puede comparar con la contaminación y toxicidad que supone una colilla», lamentaba la integrante. De hecho, según asegura Greenpeace, una sola colilla puede llegar a contaminar entre 40 y 1000 litros de agua, y tardar hasta 12 años en desintegrarse.
Dada la invisibilización del problema, desde Nasti de Plastic Bizkaia han decidido actuar lanzando la campaña: «Se te ha caído», con la que muestran cómo los propios trabajadores del Ayuntamiento arrojan sus colillas al suelo sin ningún cargo de conciencia al respecto.
