Por Laura Fontalba
En su tercer día de ayuno-encierro, el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria se ha manifestado en Bilbao desde la Plaza Moyua hasta el Gobierno Vasco, a fin de entregar dos cartas en el lugar, una de ellas dirigida a Miren Elgarresta, directora de Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer).
En este escrito, el movimiento ha explicado la situación de las mujeres pensionistas, que, a causa de la brecha de género, sufren sueldos y cotizaciones muy bajas en la mayoría de las ocasiones. Según los datos de la CAV y de Navarra, el movimiento ha expuesto que de las 199.800 pensiones que no alcanzan los 800 euros, 154.000 corresponden a mujeres; y de las 279.000 pensiones que no llegan a 1000 euros, 202.000 corresponden a mujeres. De hecho, la RGI sitúa las pensiones en 1.013 euros, pero repartido en 12 pagas. Si se traslada la cifra a las 14 pagas tal y como se cobran las pensiones, esta se queda en 858 euros.
«No es posible una pensión digna si no hay salarios dignos y empleo de calidad, por lo que debido a la gran brecha salarial de género, abocará nuevamente a una parte de las futuras generaciones de mujeres a una permanente situación de precariedad que se prolongará de manera cruel tras la edad de jubilación», han asegurado.
El movimiento considera que el principal problema del reparto de las pensiones se debe a un problema en el reparto equitativo de la riqueza. «Las personas pensionistas somos el 25% de la población pero sólo accedemos al 9,5% de la riqueza (PIB), es un problema ligado estructuralmente a la calidad del empleo, a la equidad fiscal y a las politicas públicas que impulsan los diferentes gobiernos», han explicado. Una situación que, consideran, sólo se arreglaría poniendo sobre la mesa el debate respecto a la brecha salarial y el reparto de la riqueza.
Mientras tanto, el movimiento continuará reivindicando los 1080 euros de pensión mínima, la mejora del sistema de la RGI y, en consecuencia, poner fin a la precariedad de las mujeres pensionistas. Objetivos para los que consideran a Emakunde de gran ayuda, pues podría apoyar y garantizar el sistema público de pensiones; la necesidad de debate sobre la brecha salarial; apoyar que el Gobierno Vasco legisle en torno a la Coalición Igualitaria; y que tenga en cuenta a las mujeres pensionistas, pues deben ser parte de la solución.
