Manifestación: ¡GERRARIK EZ! Por el derecho universal al refugio
Sábado 19 de septiembre a las 12:00hrs.
Plaza del Teatro Arriaga (Bilbao)
Una ola de fervor humanitario recorre Occidente. Parece que de manera brusca hemos tomado conciencia del drama de miles de personas que tratan de cruzar el Mediterráneo. Durante décadas, miles de migrantes emprendieron la ruta del mar desde todos sus puntos, personas que huyen de sociedades fragmentadas fruto de conflictos bélicos y económicos, algunos olvidados, cronificados, como ocurre en África y Asia, alimentados por las mismas potencias que hoy parecen estar dispuestas a acoger a las víctimas de la guerra y de la pobreza extrema.
Pero nada de esto es nuevo, desde hace décadas, las diferentes potencias económicas y militares han colaborado con estados y/o diversas organizaciones, entre ellas las yihadistas, para garantizar su control sobre la región a través de la desestabilización y el conflicto étnico-religioso. Irak (2004) fue uno de los máximos exponentes de esta encarnizada batalla por controlar oriente, y el resultado de la intervención de la OTAN ha provocado no sólo la absoluta fragmentación social del país, si no una catástrofe humanitaria sin precedentes, pero de jugoso rédito económico para EEUU y sus aliados. Siria es otro ejemplo del hostigamiento imperialista. Desde hace 4 años las grandes potencias económicas y militares que controlan el mercado de las armas están armando, financiando y entrenando a los diferentes bandos en conflicto, algunos de los cuales mantienen incuestionables lazos con el ISIS, para defender sus intereses militares, económicos y geoestratégicos en la zona. El resultado ya lo conocemos, decenas de miles de personas muertas y millones de desplazadas y refugiadas. En el caso de occidente la intención es aumentar las tensiones dentro del país y provocar o bien la caída de Bashar al Assad, o bien precipitar un contexto de inestabilidad suficiente que lleve a la OTAN a justificar una intervención. Estas condiciones ya se produjeron en Libia en el 2012 y acabaron con el asesinato de su presidente Gadafi y el gobierno del Estado en manos de fuerzas políticas leales a las posturas de occidente. Pero, ¿qué intereses persiguen las diferentes potencias en estas regiones? Fundamentalmente, el control absoluto del acceso al petróleo y del gas que abunda en esa zona y que en el caso de Siria es de control estatal, y de los acuíferos de la región.
Por otro lado, no podemos dejar de decir que las intervenciones militares que llevan los diferentes gobiernos en estas regiones se financian con nuestros impuestos y se preparan en los cuarteles, los campos de entrenamiento y el resto de instalaciones militares que hay cerca de nuestras casas. Y por supuesto, no podemos dejar de citar entre los responsables de estas guerras a la industria armamentística. En el caso de Euskal Herria, cientos de empresas trabajan en la fabricación de piezas de artillería, aviones militares, misiles, minas antipersonas y otros artilugios que acaban siendo empleados para provocar muerte y destrucción en los países en conflicto. Entre estas empresas podemos nombrar unas cuantas como ITP en Zamudio, o SENER en Getxo, empresas subvencionadas con dinero público y, aunque parezca increíble.
Afortunadamente, en un territorio donde habitan tres millones de personas de diferentes grupos étnicos y religiosos, lo que los kurdos llaman Rojava, se está gestando un proyecto emancipador y revolucionario, poniendo en práctica una democracia participativa, repartiendo los recursos entre sus comunidades, trabajando en colectivo y defendiéndose con uñas y dientes del monstruo Estado Islámico. Pero es evidente que éstos no entran dentro de los planes del Imperialismo. Dicho proyecto emancipador es el blanco de los ataques, sobre todo por parte de Turquía, en la que en estos momentos ha desatado una guerra sin cuartel contra la determinación del pueblo kurdo.
Decimos no a cualquier tipo de intervención imperialista, teniendo en cuenta que este tipo de intervenciones no son sólo exclusivamente de carácter militar si no que también están basadas en el estrangulamiento económico de los pueblos y que generan igualmente el desplazamiento de la población. Entonces, el carácter de ‘refugiado’ debería ser reconocido a cualquier persona que por cualquier tipo de causa, ya bien sea económica, de género, de disidencia sexual, ideológica, étnico, religiosa etc. quiera desplazarse de su país de origen buscando un lugar seguro donde establecerse y vivir con dignidad.
NO A LAS GUERRAS, NO A LAS INTERVENCIONES IMPERIALISTAS
ARRIBA LOS PUEBLOS EN LUCHA
Fuente: Komite Internazionalistak