Por Laura Fontalba
El primer miércoles de marzo, Lumaltik Herriak presentó Cuidados feministas para la defensa de nuestro cuerpo-territorio. Una publicación que recoge varios encuentros de defensoras y activistas por los derechos humanos y el territorio en Abya Ayala.
Mediante un encuentro cálido en la Tetetería Nai Lua de Basauri, Emilia Larrondo explicó la composición de esta publicación que recoge las experiencias vividas por defensoras y activistas de los derechos humanos y el territorio en Abya Ayala; y la precariedad y la discriminación que afrontan las mujeres migradas, así como su aprendizaje y empoderamiento. Se trata de un proyecto que pretende comprender cómo se estructuran y reproducen las situaciones de desigualdad entre territorios y dentro de los mismos; además de construir redes para articular «una agenda feminista local y global».
Esta publicación se divide principalmente en tres módulos. Para comenzar, parte con la Escuela itinerante para la defensa del territorio, a través del cual se recogen tres experiencias distintas. La primera Re-conectando con el poder propio recoge la premisa de que «lo personal es político». Es decir, todo lo que «nos atraviesa a nivel personal» se configura desde lo político. De este taller, Larrondo extrajo cuatro herramientas relacionadas con abordar y reflexionar la dimensión emocional, remarcando la importancia de tener una terapia que acompañe el proceso; cuestionar la colonización que está bajo la piel, relacionado con la autodesacreditación; preguntarnos cómo nos sienta acudir a determinados espacios o determinadas personas, relacionado con la seguridad; y atender a nuestra parte espiritual. La segunda Re-construyendo desde el arte fue un proceso formativo en el que vincular palabra y arte para la defensa del cuerpo-territorio. Mediante el uso de ilustraciones, revisaron la gráfica feminista, cómo fue evolucionando y en qué formatos lo hizo, a fin de conocer la herencia de las mujeres que nos han precedido y construir un mensaje propio y colectivo que poder materializar. Finalmente, la tercera experiencia fue Re-Conociendonos entre nosotras. En esta participaron diversos colectivos que reflexionaron sobre sus relaciones. Gracias a ello extrajeron algunos conceptos clave como: diversidad, interculturalidad, horizontalidad, privilegios, feminismos, entre otros aspectos necesarios para construir espacios seguros.
El segundo módulo fue Diálogos con defensoras mesoamericanas. En este, varios grupos feministas de Euskal Herria se encontraron y dialogaron con activistas y defensoras del territorio y territorio-cuerpo de Mesoamérica sobre las implicaciones de «ser mujer» en esos territorios. Por medio de este espacio, en el que las defensoras expusieron su experiencia desde el trabajo que realizan dentro de sus organizaciones, intentaron identificar las posibles formas de articular una lucha común desde diversos territorios.
Finalmente, el tercer módulo recoge el transcurso de una jornada de Retiro feminista: la apuesta por un espacio de autocuidado y colectivo. Esta se realizó con los objetivos de «generar un espacio para el autocuidado colectivo, dar continuidad a las relaciones establecidas a través de los talleres que conformaron la Escuela Itineraria Feminista, y abrir un espacio de reflexión». Larrondo explicó que este retiro se dividió en dos partes. Una en la que las participantes pudieron hablar sobre sexualidad y posicionar su deseo como válido, algo que socialmente suele negarse; y otra en la que hablar sobre el proceso migratorio a través de una metodología llamada metamorfosis. Además, se aseguraron de que fuese un espacio seguro y cercano gracias a un comité de bienvenida, que iba introduciendo en las dinámicas a cada participante independientemente del momento en el que pudiesen acudir al encuentro. «Fue muy importante para crear un espacio que permita hablar de cosas tan íntimas», explicaba Larrondo. Además de los espacios para el diálogo, también tuvieron espacios en los que compartir alimento y baile; lo que lo convirtió este retiro en una experiencia de «goce, celebración y vinculación».
En definitiva, Cuidados feministas para la defensa de nuestro cuerpo-territorio podría definirse como una publicación mediante la que comprender cómo se desarrollan las luchas en diversos territorios, así como observar las similitudes y los puntos clave que unen a todas las activistas y mujeres defensoras. Redes de las que recíprocamente se pueden extraer multitud de aprendizajes.
